“La sandía ha innovado de forma más certera”. ANECOOP
Esta es, para Anecoop, una de las principales diferencias entre un cultivo y otro, y que ha llevado a la sandía a incrementar su consumo y producción en los últimos años, aunque en esta campaña, a raíz de la subida de costes, sus hectáreas, cuanto menos, se han estancado.
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El clima, decisivo
En la última serie de tres campañas de melón y sandía, dos de ellas han estado condicionadas “de manera drástica” por la climatología, apunta Carlos Nemesio, responsable del programa de sandía de Anecoop, que estima en un 35% la reducción del rendimiento medio en este ejercicio. Como consecuencia de ello, “el mercado se está manteniendo muy tenso y con precios altos, que son necesarios para cubrir costes, pero que no favorecen el consumo”.
En este sentido, alerta de que esta situación puede beneficiar a países como Italia o Grecia, que llegarán al mercado en junio con un calendario de producción normal y podrían “ocupar el lugar que hoy domina España”. Para el responsable del programa de sandía, esto es “peligroso”, ya que “ese terreno cedido es muy difícil de recuperar”.
¿Un punto de inflexión?
Después de una campaña pasada con malos resultados para la sandía y un ejercicio 2022 marcado por un acusado incremento de los costes de producción, “la tendencia creciente de la sandía se ha estancado, si no reducido”, lamenta Nemesio, y señala que, “en muchas zonas de producción, se ha optado por hortalizas de primavera-verano, e incluso, por no plantar nada donde hay restricciones hídricas”.
Este podría considerarse el primer ‘frenazo’ a la expansión de la sandía en más de una década, en la que primero la llegada al mercado de la primera sin semillas, Bouquet, y luego la evolución de la mejora varietal, la ampliación de su calendario de producción, las campañas de marketing y comunicación… la han convertido en la ‘reina’ del verano.
«El mercado se está manteniendo muy tenso y con precios altos que no favorecen el consumo»
Cubriendo necesidades
Y a todo lo mencionado anteriormente hay que añadir un factor más: la innovación. Y es que, como insiste Nemesio, “la sandía ha innovado de forma más certera que el melón en los últimos años, cubriendo necesidades concretas del mercado, lo que ha permitido la consolidación de nuevos segmentos”.
Las innovaciones en melón, al menos de momento, continúan centradas en el color de la carne, el tipo, color de la piel o en buscar nuevos sabores, en definitiva, “nuevas categorías para las que hoy no hay demanda”.