Félix Moracho, Presidente de Huercasa: “El futuro está en el bio porque casa a la perfección con nuestros valores”
El perfil de empresa de Huercasa se ha convertido en un modelo único en el sector, donde la promoción de un estilo de vida y alimentación saludables en armonía con el medio ambiente se han convertido en sus señas de identidad, hasta el punto de que estos valores son su eje y motor para seguir creciendo.
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¿Cómo definiría a Huercasa?
Somos una empresa altamente especializada en nuestro trabajo y apostamos por la calidad, la seguridad alimentaria y un estilo de vida y de alimentación saludables. Además, velamos por el respeto a las personas, al entorno, los animales, nuestras raíces y vínculos rurales… En definitiva, creemos en lo que hacemos y son estos valores los que intentamos desarrollar cada día. Nuestro secreto está en ir más allá del día a día, con visión de futuro y estrategias más a largo plazo. El reto está también en saber comunicarlo.
¿Dónde está la clave del éxito de su modelo de negocio?
El éxito reside en un conjunto de variables, ya que se puede trabajar muchísimo y no obtener resultados, por lo que hay que tener también olfato en el negocio y cierta alineación con las tendencias. Pero con cuidado porque hay que controlar siempre la cuenta de resultados, la cadena de suministro y la organización de las operaciones y la tecnología que aplicas, además de la gestión del personal y de los intangibles como saber hacia dónde quieres dirigirte, cuáles son tus valores y ponerlo todo en práctica. Al final, llegas y se van obteniendo resultados, pero siempre es menos de lo que uno espera.
¿Todo el mérito pertenece al equipo humano?
El objetivo es hacer grandes cosas con un equipo de gente normal y dar lo máximo posible con él, con sus virtudes y sus defectos, porque en cualquier equipo hay gente buena, normal, regular y mala. Entonces hay que gestionar al personal de forma que crea en el proyecto, sacando lo mejor de cada uno y teniendo en cuenta que no hay nadie perfecto, tratando de involucrarles al máximo, porque todos deben trabajar al servicio del proyecto, que es lo más importante. Para ello hay que saber gestionar los recursos humanos adecuadamente y ser paciente.
El sector tiene varias asignaturas pendientes como son el liderazgo, el marketing y la cooperación. ¿Está de acuerdo?
Desde luego. En primer lugar, la palabra excelencia cuando hablamos de liderazgo no me parece adecuada. Nada ni nadie es excelente. El liderazgo debe estar, como he comentado antes, al servicio del proyecto y trabajar en ese sentido, intentando crear líderes intermedios.
En segundo lugar, el marketing es necesario a todos los niveles. Pero sobre todo en productos innovadores, porque es muy fácil equivocarse a la hora de lanzar un producto nuevo. Otro de los retos del sector a nivel general es la cantidad de ruido que hay alrededor del mundo de la nutrición, donde debe haber verdades incuestionables y un organismo de referencia que no confunda al consumidor, tal y como está pasando actualmente. Por último, la cooperación hay que plantearla de manera que sea sostenible en el tiempo y aporte resultados. Un ejemplo de éxito es la cooperación que llevamos a cabo con Anecoop. Pero no es algo fácil de conseguir y en el sector aún queda mucho camino por recorrer en este ámbito.
¿Cuáles son sus retos de futuro?
Queremos seguir creciendo de forma ordenada en las vertientes de especialización, innovación, tecnología, internacionalización, calidad y seguridad alimentaria, fundamentalmente. Cumplimos 40 años y nos consideramos una empresa madura que, como planes de futuro, tiene al bio en el punto de mira, porque aúna nuestra forma de pensar, nuestros valores, y creemos en ello. Nos permite un mejor precio del producto y desarrollar nuestra apuesta por la tecnología y la sostenibilidad, y todo esto se traduce en obtener mejores resultados económicos y ganar en reputación. Llevamos mucho tiempo creyendo en esa forma de producir y es algo muy estratégico para nosotros actualmente. Es más, si llegáramos a hacer el 100% de nuestra producción en ecológico en 10 años, sería feliz.