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El momento de suelta y la dosis, claves del éxito para el control biológico en berries. KOPPERT

Koppert apuesta por “una mayor pedagogía” y el asesoramiento cualificado para implementar con éxito el control biológico.

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El uso del control biológico en los cultivos de berries es totalmente viable tanto desde el punto de vista de la sanidad de la planta como económicamente. Por esta razón, en frutos rojos crece en superficie cada año, ya que garantiza una gestión sostenible del cultivo y fortalece la reputación comercial de las empresas productoras, que ofrecen al mercado fruta de la máxima calidad, libre de residuos y que cumple los máximos estándares de seguridad alimentaria.

“El crecimiento del control biológico es una realidad, sin lugar a dudas, aunque no podemos descuidar nuestros esfuerzos en ser didácticos y educar al productor para que las cosas se hagan bien y el control de la plaga sea realmente efectivo”, explica Gonzalo García, delegado comercial de Koppert en Andalucía Occidental. “Habitualmente, la norma a seguir es que más vale prevenir que curar, ya que el control biológico se fundamenta en saber anticiparse al problema. Esto requiere, por tanto, que el productor cambie el chip totalmente con respecto al control químico basado en el uso de pesticidas. Al control biológico no se le puede pedir la inmediatez del químico”, según Gonzalo García.

Controlar el momento óptimo para realizar las sueltas de enemigos naturales y decidir correctamente las dosis son las dos estrategias fundamentales que pueden marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito de un protocolo de control biológico en berries. “Solo en Huelva tenemos nueve técnicos visitando frecuentemente las fincas para garantizar la máxima eficacia de nuestros protocolos”, explica García, quien asegura que “es imprescindible contar con un excelente asesoramiento técnico cualificado como el que ofrece Koppert a pie de campo y en contacto directo con la realidad del cultivo”.

En su caso, ya gestionan en torno a 1.500 hectáreas de frutos rojos con control biológico y cuentan con protocolos bien definidos que han demostrado ampliamente su eficacia en los tres cultivos principales y sus plagas más comunes. Entre sus soluciones, cuentan con Citripar (Anagyrus vladimiri) para el control de cotonet en arándano; distintas avispas parásitas para combatir el pulgón en fresa, frambuesa y arándano (Aphipar -A. colemani- o Aphidend -Aphidoletes aphidimyza-, entre otros) o Spical (Neoseiulus californicus) para combatir la araña roja en frambuesa o fresa.

No podemos pedir al control biológico la inmediatez del químico

Nuevas plagas
En los últimos años, nuevas plagas están apareciendo en los cultivos de berries en las regiones productoras españolas. Entre ellas, hay tres de reciente aparición y que resultan especialmente complicadas de combatir: el Scirtothrips aurantii, un tipo de trips que apareció por primavera vez en cítricos y que ya está presente en fresa, frambuesa y arándano; el Chaetosiphon fragaefolii, un pulgón difícil de controlar en fresa; y el cotonet del arándano, que “hasta hace apenas tres años no era un problema”, recuerda García.

Actualmente, Koppert tiene en marcha distintas líneas de investigación para la producción y comercialización de nuevos auxiliares contra C. fragaefolii, el nuevo pulgón de la fresa para el que ya “tenemos varias avispas parásitas candidatas”; y S. aurantii, esta última, una plaga en cuarentena que, de momento, logran mantener a raya en arándano gracias a su Swirskii Ultimite (Amblyseius swirskii). Asimismo, “estamos haciendo ensayos en campo para buscar soluciones a distintas enfermedades”, concluye García.

ASESORAMIENTO TÉCNICO
“Sólo en Huelva, tenemos nueve técnicos que realizan visitas semanales a los productores”, detalla Gonzalo García.

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