La patata gallega, poca cara y muy sabrosa
La última cosecha de patatas está prácticamente agotada en Bergantiños
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A setenta céntimos están pagando los almacenes ya por las patatas de Bergantiños. La última cosecha ha sido muy escasa y ese es el motivo de que el precio se haya disparado, aunque los distribuidores que trabajan en la zona recuerdan campañas en las que los tubérculos llegaron a costar un euro. Probablemente vuelva a repetirse la situación porque ese pico de cotización se alcanzó a finales de marzo y quedan ya muy poco producto en las casas e incluso en los almacenes.
No hay más que dar un paseo por los mercados de Carballo y Paiosaco fundamentalmente para darse cuenta de que resulta ya muy difícil comprar patatas. A los agricultores apenas les queda excedentes.
También es negativo, en general, el estado de conservación. Las altas temperaturas de noviembre han acelerado el proceso y solo los profesionales con cámaras pueden presentar a estas alturas del año un producto de calidad suficiente para valer el precio que se pide por el. A pesar de que los brotes han evolucionado antes de tiempo, la carne blanca de la variedad Kennebec, que es la que se produce en la zona continúa siendo gustosa y mantiene sus cualidades organolépticas.
Tampoco se presenta demasiado bien la próxima cosecha. Las lluvias y las temperaturas han ido muy a destiempo. Hizo calor cuando ya no correspondía y llovió tarde y mal. La primavera pasada fue extremadamente seca y dio paso a un verano en el que las precipitaciones también fueron pocas. La falta de agua incidió en la cosecha en el momento en que más lo necesitaba. Esta vez los problemas no se debieron a enfermedades, pero fueron implacables.
Ahora los campos ya deberían estar secos. En la zona está llegando el momento de plantar y muchos campos están llenos de agua, lo que no permite el trabajo con los tractores.
Además, la práctica de adelantar la cosecha para evitar el ataque del mildiu, que suele llegar a finales de junio, no ha sido posible precisamente por la excesiva humedad en las fincas. Todavía queda mucho, pero es probable que el ciclo se alargue de cara al verano, lo que expondrá a la patata a más plagas. A este problema hay que añadir las dificultades para adquirir productos fitosanitarios, a causa de la nueva legislación. Parece que volverán a ser pocas.
Fuente: La Voz de Galicia