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Un estudio de Cajamar analiza las claves del éxito hortícola de Almería

El estudio indica que en el sector de la agricultura intensiva de Almería hay una constante innovación en los procesos productivos, pero los avances han sido muy escasos en el ámbito comercial, organizacional e institucional, debiendo hacerse un esfuerzo por innovar no sólo en las primeras fases de la producción, sino que hay que alcanzar hasta la última fase de la distribución en la que el producto llega al consumidor final. El estudio recomienda una mayor coordinación de todos los centros de I+D+i que hay instalados en la provincia, con lo que a medio plazo se podría constituir en Almería un polo científico-tecnológico agroalimentario de referencia a nivel internacional como es el caso del Seed Valley en Holanda, Davis-California en EEUU, Begepolys en Francia o Gatersleben en Alemania.

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El Servicio de Estudios de Cajamar Caja Rural ha dedicado la sexta entrega de sus Cuadernos de Estudios Agroalimentarios (CEA) al papel que desempeñan la generación de conocimiento y su aplicación a través del desarrollo de nuevas tecnologías en la competitividad de la agricultura nacional.

El volumen, titulado “Ciencia e innovación en el sistema agroalimentario español”, ha sido coordinado por Javier Calatrava Requena, consultor en economía agroalimentaria y desarrollo rural con una amplia trayectoria investigadora, y José Ángel Aznar Sánchez, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Almería.

La obra, que está disponible en el apartado de publicaciones de la web de Cajamar, reúne 10 artículos dedicados tanto al análisis teórico del peso de la innovación en la producción agroalimentaria, como al estudio de diferentes casos concretos localizados territorialmente. Asimismo, se trata de la práctica totalidad del espectro productivo español, aunque destaca el eje mediterráneo, por localizarse ahí el segmento más competitivo de nuestra agricultura comercial.

El monográfico se abre con una introducción teórica que pone en relación la historia del pensamiento económico con el fenómeno de la innovación agroalimentaria. A continuación, se presenta un análisis comparativo del panorama de la innovación en la Unión Europea, en el que se analiza la contribución de las distintas regiones a la generación de conocimiento sobre agricultura y alimentación, en términos de publicaciones científicas y patentes generadas sus universidades, centros de investigación y empresas. Los dos siguientes artículos están dedicados a los procesos de innovación de la producción y la industria agroalimentaria española en la última década, prestando especial atención a los efectos de la crisis económica que comenzó en 2008, así como a la paradoja de que, a pesar del reducido nivel de gasto en I+D del sector en términos relativos, se registre un gran número de innovaciones tanto en producto como en proceso.

La segunda parte del volumen la componen las aproximaciones de carácter sectorial (aceite de oliva, vino, horticultura bajo plástico y fruticultura valenciana). Finalmente, cierran el número dos trabajos sobre los sistemas de ciencia, tecnología e innovación de dos de los sistemas productivos más dinámicos del sector en España: la producción agroindustrial murciana y la agricultura intensiva almeriense.

Conclusiones del estudio

En el sector de la agricultura intensiva de Almería hay una constante innovación en los procesos productivos, pero los avances han sido muy escasos en el ámbito comercial, organizacional e institucional. Se ha de hacer un esfuerzo por innovar no solo en las primeras fases de la producción sino que hay que alcanzar hasta la última fase de la distribución en la que el producto llega al consumidor final. Las investigaciones deben tratar de incorporar innovaciones en toda la cadena de suministro, desde la producción, pasando por la preparación, la logística, el marketing y su posterior distribución y venta a los consumidores finales. Hay que prestar una mayor consideración a las señales que proceden de los mercados. Como referente estaría la agricultura intensiva de Holanda que ha sido capaz de innovar en todas las facetas, desde la producción hasta la logística y el marketing.

El sistema de innovación que se ha ido configurando en torno a la agricultura intensiva almeriense ha sido un factor clave en su crecimiento y en la mejora de su competitividad. La mayoría de las innovaciones han surgido a partir de la iniciativa de los agentes locales que han ido dando respuesta a sus necesidades específicas. Además, la transmisión de las innovaciones y conocimientos hacia el sector productivo ha sido muy fluida al existir unos adecuados canales de difusión, una gran receptividad de la mayoría de los destinatarios y una gran cercanía geográfica.

Al ser mínimas las barreras de acceso a las innovaciones y al conocimiento, los costes de transacción para los usuarios son muy reducidos, de manera que la investigación se ha convertido en un instrumento muy útil para lograr objetivos distributivos.

El sector de la agricultura intensiva en Almería se caracteriza por el predominio de las pequeñas y medianas explotaciones y empresas. Esta reducida dimensión ha hecho que la mayoría basen su progreso en la ayuda tecnológica y profesional que proporcionan los centros de I+D+i instalados en la provincia.

La Universidad de Almería posee ya una amplia experiencia investigadora y de transferencia en el campo de la agroalimentación que le ha llevado a ocupar una posición destacada a nivel nacional.

El centro de IFAPA en La Mojonera ha realizado una importante labor de transferencia y formación, sobre todo, en el ámbito de la producción y control biológico.

La pionera Estación Experimental de Cajamar Caja Rural «Las Palmerillas» ha desarrollado actividades de contraste y adaptación tecnológica de enorme relevancia, sobre todo en tecnología de invernaderos y cultivos.

El Centro Tecnológico Tecnova se ha convertido en un nexo de unión fundamental con las empresas del clúster agroindustrial ofreciéndole una amplia gama de servicios de investigación y tecnología.

Y el Centro de Innovación y Tecnología de Coexphal ha desarrollado una labor muy importante para las empresas de comercialización del sector a través de su laboratorio.

Aunque las aportaciones que han realizado estos centros de I+D+i al sector han sido muy valiosas es necesario continuar desarrollando las conexiones internas y externas. De un lado, se debe impulsar la cooperación y el intercambio de información entre todos estos centros de I+D+i, lo que contribuiría a mejorar el nivel de aprovechamiento del capital humano y equipamiento de cada uno de ellos y abordar proyectos de investigación de mayor envergadura dentro del «Horizonte 2020» (Programa Marco de la Unión Europea) y la «Estrategia RIS3» (Research and Innovation Smart Specialisation Strategy).

De otro lado, hay que seguir trabajando para mejorar la interrelación entre estos centros y las empresas que integran el sistema productivo local; e impulsar la colaboración con instituciones líderes a nivel interna- cional. Si todos los centros de I+D+i que hay instalados en la provincia trabajan de forma adecuada y cooperativa a medio plazo se podría constituir en Almería un polo científico-tecnológico agroalimentario de referencia a nivel internacional como es el caso del Seed Valley en Holanda, Davis-California en EEUU, Begepolys en Francia o Gatersleben en Alemania.

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