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“Tenemos un gran problema con el agua, un problema que nos llega al cuello”

Manel Simón, director de Afrucat

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Me gustaría comenzar por analizar la situación actual en Cataluña respecto al recurso hídrico y su impacto en el cultivo de frutales. Y lo hago planteando una cuestión fundamental sobre la garantía de disponibilidad de agua, observando la situación histórica de regiones como Murcia o el sur de España, que se han enfrentado a una escasez crónica de agua y se hace evidente la importancia de desarrollar sistemas de riego avanzados e innovar en prácticas agrícolas para adaptarse a esta realidad. En los últimos años, incluso en regiones consideradas tradicionalmente privilegiadas en términos de recursos hídricos, como Cataluña y Aragón, hemos experimentado sequías extremas, desafiando a nuestros cultivos y subrayando la imprevisibilidad del clima actual. La sequía extrema del año pasado en Cataluña y Aragón, con el Canal de Urgell anunciando por primera vez en su historia un solo riego para todo el verano, es un ejemplo claro de esta nueva realidad.

Viendo lo que está pasando en el planeta, la situación no es fácil. En California por ejemplo, tan solo hace unos años que padecieron una gran sequía con incendios en Yosemite, y, en cambio, el año pasado disfrutaban de una situación idílica de agua, incluso con inundaciones de algunas carreteras por exceso. Por tanto, no cabe otra, debemos aplicar la inteligencia para aprovechar los momentos de lluvias y estocar o reutilizar el agua cuando hay sequía. Una de las alternativas para todas las zonas productoras cercanas al litoral son las depuradoras o la reutilización de aguas residuales. Es crucial entender las causas del cambio climático y su impacto en la variabilidad del clima. Las corrientes de aire han cambiado debido a las menores diferencias de presión, lo que resulta en un clima más impredecible con fluctuaciones extremas (las nuevas famosas corrientes-meandros de aire), desde períodos con mucha lluvia, hasta sequías severas.

En términos de soluciones, abogo por una estrategia que aborde tanto los momentos de abundancia de agua como los de escasez. Propuestas concretas incluyen la desalación y la reutilización de aguas residuales, especialmente en zonas costeras donde el acceso al agua de mar puede ofrecer una solución viable. Además, es crucial invertir en infraestructuras hídricas, como la modernización de sistemas de riego, allá donde se esté regando aún a manta.

Es crucial invertir en infraestructuras hídricas, como la modernización de sistemas de riego, la construcción de desaladoras y la reutilización de aguas residuales

Quisiera ejemplificar esta modernización y mejora con el caso del pantano de Guiamets en Tarragona. Este pantano, con una capacidad de unos 12 hm3, está actualmente sin agua. En 2020, unas fuertes precipitaciones lo llenaron, cabe matizar que la zona está totalmente profesionalizada con un sistema de riego eficiente, con bombeo presurizado. Esta zona necesita para sus cultivos un hectómetro cúbico al año para riego. Pues si en 2020 había agua suficiente para 8/10 años, ¿por qué ahora no la hay? La respuesta radica en las filtraciones del pantano, lo que resulta en pérdidas significativas. Desde Afrucat demandamos que estos problemas, con soluciones relativamente sencillas, sean abordados para evitar la pérdida, por ejemplo, de cientos de hectáreas de cultivos de cerezas, con árboles completamente muertos. En esta zona, tan solo se salvaron las plantaciones con pozos profundos.

En cuanto al debate de la desalación y sus costes, prefiero no opinar sin datos concretos. Sin embargo, creo firmemente que pueden existir soluciones como el uso de energías sostenibles (solares flotantes, eólica marina) que nos permitan afrontar los costos de nuevas infraestructuras. Confío en el apoyo de la administración, que es sensible a nuestra situación.

Aunque debemos reconocer una falta de inversiones en el pasado, preferimos enfocarnos en el presente y en el futuro, contando con el respaldo y la disposición de los responsables de las administraciones competentes en la materia.

Ahora que tenemos el agua hasta el cuello, nunca mejor dicho, es cuando hay que ponerse a trabajar y a dimensionar las necesidades. Todo el mundo debe hacer un balance de país, de región, para ver cómo se puede acometer el que todos tengamos disponibilidad de agua. La necesidad de concienciación y regulación para fomentar prácticas más sostenibles son claves en el consumo y la conservación de agua.

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