Este descenso, como explicó Aguado, es consecuencia de los bajos precios registrados durante la última campaña y que a nivel nacional también supondrá que la siembra baje un veinte por ciento, pasando de las 75.000 a las 60.000 hectáreas y de una producción de 2,4 millones de toneladas a 1,9.
El presidente de Asopocyl añadió que los agricultores han preferido optar por cultivos más rentables como la remolacha, «donde se garantiza un precio de 42 euros por tonelada», el maíz, el girasol o la adormidera, una alternativa que se ha recuperado en muchas zonas de la Comunidad. «Han cogido miedo a la patata, ya que es el cultivo más caro de la región y el de más riesgo», añadió.
«Las campañas de 2012 y 2013 fueron años muy buenas, sobre todo para el sector de los productores, pero 2014 fue desastrosa», comentó Aguado, que confía en que los precios «vuelvan a ser normales» durante 2015. Sin embargo, remarcó que es «complicado» que un cultivo recupere lo perdido una vez que la superficie se cambia por otras opciones.
Desde el Foro de la Patata nacional, que agrupa a un importante número de asociaciones de productores, embolsadores, compradores en origen y destino, y casas de semillas y que preside Aguado, se ha puesto en marcha una campaña pata fomentar el consumo de este producto en España, ya que durante el año 2014 se registró un descenso del 2,4 por ciento.
La campaña se centra en promocionar el consumo de patata nueva, que es la de producción propia y que a diferencia de la importada, no se conserva durante meses en cámaras frigoríficas. Para que el consumidor pueda distinguir la patata nueva cuando vaya a hacer la compra, el Foro que promueve esta campaña y que se financia íntegramente con dinero aportado por los socios, pondrá en marcha un logotipo.
INTERPROFESIONAL
Respecto a la posible repercusión de la creación de la Interprofesional de la Patata que promueve la Junta de Castilla y León en la campaña de este año, Aguado desconfía en que los precios vayan a depender de ello: «La gente tiene una opinión equivocada de lo que puede ser, se cree que va a marcar unos precios mínimos que aseguren los costes para no tener pérdidas».
Pero esto, como apuntó el presidente de Asopocyl, no es una de las materias y puso como ejemplo la francesa, que pese a contar con muchos años de trayectoria y un presupuesto de seis millones de euros anuales, no garantiza precios y esta campaña han estado por los suelos. «No garantiza precios, se destina a estudios, a temas de I+D+i, a promocionar los productos…», concluyó.