Peligra la clementina en Gandía por falta de tratamientos contra la plaga de la mosca
Los agricultores de Gandía están preocupados por cómo afrontarán la temporada de clementina este verano. La situación meteorológica por la que se atraviesa cumple todos los requisitos para que la plaga de la mosca tenga una peligrosa proliferación que afecte de manera crítica a todas las cosechas.
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La mosca es una de las plagas más importantes por los daños económicos que llega a causar. Pica los frutos y deposita sus huevos en la superficie de la piel, luego las larvas se alimentan de la pulpa. Las naranjas infectadas pierden su valor comercial.
Estando casi a mediados de julio, los niveles freáticos son demasiado bajos para la fecha. Según afirma Alberto Roig, presidente de la Unió de Llauradors de Gandía, no ha habido lluvias beneficiosas para la agricultura desde el pasado mes de agosto. Por ello, reclama combatir el problema con la colocación de trampas o la autorización de insecticidas químicos.
A causa del largo periodo de sequía, se tiene que depender de bajar bombas de extracción de agua para poder controlar los riegos y así poder afrontar las temporadas de fruta.
A su vez, hay que tener un cuidadoso control de los niveles de agua mínimos para que no se sequen y, en consecuencia, se quemen las bombas, pues la reparación podría suponer un gasto superior a los 7.000 euros. Por otra parte, el embalse de Beniarrés está en situación de prealerta, ya que sus niveles están en un escaso 37%.
Por el momento, la clementina todavía no se ha perdido, pero peligra. Está en un estado precoz y la comunidad agrícola ya está reivindicando que se tomen medidas. La alerta por una plaga de estas magnitudes necesita que se planteen unas estrategias y un control meticuloso. De momento, los agricultores no tienen ninguna información sobre las fechas de inicio ni los insecticidas químicos autorizados.