«Nuestra alimentación ha de ir cambiando hacia sistemas más sostenibles»
El cambio de paradigma a una dieta sostenible incluye dimensiones nutricionales, económicas y socioculturales. Según ha explicado el divulgador científico Pere Estupinyà en la conferencia organizada por la Cátedra AgroBank, que ha tenido lugar esta mañana en la EAMN-UPV
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“Cada vez es más evidente que nuestra alimentación ha de ir cambiando hacia sistemas más sostenibles. La propia FAO indica que la sostenibilidad de las dietas va más allá de la nutrición y el medio ambiente, ya que incluye también dimensiones económicas y socioculturales, lo que contribuye a una complejidad en el cambio de paradigma”.
Con estas palabras ha expresado el divulgador científico Pere Estupinyà, esta mañana, la importancia de la sostenibilidad en la conferencia “Cuando hablamos de alimentación, ¿qué es lo más importante?”, enmarcada en las jornadas Encuentros de Ciencia, organizados por la Cátedra AgroBank, que ha tenido lugar en L’Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Agronòmica i del Medi Natural (EAMN), perteneciente a la Universitat Politècnica de València (UPV).
La jornada se enmarca dentro de las actividades de divulgación científica llevadas a cabo por la Cátedra AgroBank, promovida por la Universitat de Lleida y AgroBank, que tiene como uno de sus objetivos fundamentales promover la transferencia del conocimiento entre los investigadores de las universidades y centros de investigación y la sociedad, como una herramienta fundamental para impulsar el conocimiento en el ámbito agroalimentario. Para alcanzar este objetivo, una de las herramientas que utiliza es la organización de jornadas divulgativas por todo el territorio nacional.
En la jornada, inaugurada por Carlos Seara, director de AgroBank; Antonio J. Ramos, director de la Cátedra AgroBank; y María Vargas, jefa de estudios de la EAMN, Pere Estupinyà ha dado algunas claves para el necesario cambio de paradigma en la nutrición.
Una de las primeras aclaraciones que ha hecho al público es “la importancia de saber que no siempre lo que parece más apetecible es lo más recomendable desde el punto de vista nutricional. En el mundo de la alimentación existe mucha confusión, a veces interesada, sobre lo que es más o menos saludable”.
El divulgador científico ha explicado que “a ello contribuye, en gran medida, la complejidad del etiquetaje de los alimentos, lleno de reclamos, en algunos casos confusos, como lo “light”, lo “bajo en calorías”, lo “0,0 %”, “la receta de la abuela”, los “súper alimentos” o las bondades del ingrediente de moda, sean las bayas de Goji o la quinoa. Esto pone a prueba al consumidor, que ha de ser capaz de leer y entender la etiqueta de un alimento, sus ingredientes y su composición nutricional, para sacar sus propias conclusiones, más allá del marketing del producto”.
Por lo tanto, como ha explicado Estupinyà, “es necesario tener consumidores formados e informados, y en eso aún queda mucho camino por recorrer. Como siempre, la educación es la pieza fundamental, y por ello, se ha de empezar desde la escuela”.
Pero, para saber por dónde empezar a cambiar hábitos, ha dado algunas claves sencillas para el día a día de los consumidores porque “no se trata de cambiar radicalmente nuestros hábitos de consumo de la noche a la mañana, pero tenemos que ser conscientes de que lo que metemos globalmente en nuestro carro de la compra va a tener una implicación directa en nuestra salud y en la salud del planeta”, ha comentado.
Así, Estupinyà ha ofrecido cuatro recomendaciones básicas para ir migrando hacia una alimentación más sana y sostenible que son “tener una alimentación basada principalmente en alimentos de origen vegetal; preferir alimentos locales y de temporada; reducir el desperdicio de alimentos;
y reducir el consumo de carne roja y procesada, alimentos altamente procesados y bebidas azucaradas.
Todo esto, combinado con una vida sana y activa, huyendo del sedentarismo y del consumo de tabaco y alcohol”.
Pere este cambio de mentalidad y hábitos del consumidor debe ir acompañado por un cambio del sector de la alimentación, por lo que ha destacado que “la sostenibilidad es también un requisito para las empresas de todos los sectores y también, por lo tanto, para las del sector alimentario. En España, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha puesto a disposición del sector un conjunto de herramientas para el fomento de la sostenibilidad integral de la industria alimentaria, a través de la mejora de su nivel de sostenibilidad en sus tres vertientes, económica, medioambiental y social”, ha asegurado Estupinyà.
En este sentido, también ha informado al público asistente de que existe un decálogo de sostenibilidad integral de la industria alimentaria que, entre otras cosas, habla del compromiso con la producción local de alimentos, del control de las emisiones de gases de efecto invernadero, de la búsqueda de la eficiencia energética, de la conservación del medio ambiente, y de la reducción del desperdicio alimentario.
Para este cambio de paradigma necesario, Pere Estupinyà considera que la divulgación científica juega cada día más un papel esencial. “Últimamente los consumidores se ven sobrepasados por una avalancha de información procedente de fuentes muy diversas, no siempre fiables, entre las que las redes sociales tienen un peso cada vez mayor. En las redes puedes encontrar desde voces autorizadas a personas que, con mayor o menor buena voluntad, ofrecen consejos alimentarios que no tienen ninguna base científica y que, en el peor de los casos, pueden ser incluso contraproducentes para la salud”, ha explicado.
Por ello, la obligación de los divulgadores científicos es ofrecer información contrastada científicamente con un lenguaje que sea atractivo y entendible por el público general. Algo que según Estupinyà, “parece fácil, pero no lo es, y comporta una gran responsabilidad”.
La jornada ha sido clausurada por Alberto San Bautista, director de la EAMN.