No nos podemos permitir el lujo de tener que elegir entre Mamá y Papá (II parte)
Comparte
La entradilla que da el título a esta segunda parte[1] ha generado en Twitter una interesante discusión que me encantaría compartir con ustedes.
Alvaro Areta, gran amigo, economista agrario y técnico de COAG, comentó:
Y lo completo con las 3 entradas siguientes:
El pecado original fue permitir la intrusión del sector comercial en las OP, que se habían creado para favorecer el avance del productor en la cadena y, sin embargo, se desvirtuaron favoreciendo la entrada del comercio en la producción (2/4)
Partiendo de ese grave error, aplíquense, de una vez, la lógica en el empleo de los recursos públicos (que son limitados). Apóyese a las OP que más esfuerzo realizan por concentrar la producción (generalmente cooperativas) y no al que menos lo necesita (3/4)
Como bien indicas es imprescindible reducir el número de OP. Es la hora de los valientes. Con periodos de transición necesarios, pero hay que elevar, de una vez y con ambición, los mínimos de reconocimiento en número de socios y en VPC (4/4)
Coincidimos, y es lo más importante, en la conclusión final, que “hay que elevar los mínimos de reconocimiento en número de socios y VPC”, él lo quisiera “de una vez y con ambición” y yo creo que lo mejor puede ser enemigo del bien, y que hay que dar tiempo al tiempo. Decisión y dirección clara, sí pero marcando una hoja de ruta que le dé tiempo a muchos actores a adaptarse.
El “pecado original” habría sido la “intrusión del sector comercial en las OP”. A posteriori, es siempre fácil reescribir la historia. La lógica seguida en los primeros pasos de la OCM fue el que sea lo más inclusiva posible, para maximizar los fondos comunitarios puestos a la disposición del sector para invertir en calidad comercial y medioambiental. A mí, la verdad, en la época me pareció lógico y bien.
Quizás el error que han cometido, en este caso las autoridades españolas y autonómicas, porque esta es una competencia de los Estados miembros, fue no haber iniciado en una segunda etapa este proceso de elevación de los mínimos para el reconocimiento.
Yo no hablaría de “intrusión del sector comercial”. El liderazgo europeo del sector de las frutas y hortalizas que ejerce España es el resultado de magnificas iniciativas cooperativistas, como pueden ser Anecoop o Unica (por solo poner dos entre los muchos ejemplos existentes) y de excelentes actividades del sector comercial. Aquí también, para muestra bien vale un botón, fue el sector comercial y FEPEX quien promovieron Fruit Attraction, hoy la segunda feria hortofrutícola europea y la gran feria del principio de campaña.
Más adelante, Salvador Roncero desde el País Vasco afirma, quizás inspirado por el papel que su empresa, la gran cooperativa holandesa y belga CRV Holding, desempeña de cara a sus más de 50.000 socios en el ámbito de los servicios a los ganaderos:
No me gustan los monopolios. Aunque Competencia lo permitiese, lo que gracias a Dios y los Tratados europeos, no va a ocurrir, no sería bueno que hubiera una sola OP para un sector tan variado, complejo y vivo como el sector hortofrutícola español. Incluso en los Países Bajos, The Greenery, siendo importante no es la única. En esto el sector se diferencia, por ejemplo, del sector lácteo donde Arla domina absolutamente el mercado danés y sueco y Campina el holandés.
Pluralidad, competencia, dinamismo no son adjetivos que se enfrenten a palabras como colaboración y estrategias de cooperación en la cadena alimentaria. Instrumentos como las asociaciones de organizaciones de productores y las interprofesiones (cuanto más “largas” e inclusive mejor) brindan un marco legal y organizativo para que esta colaboración y cooperación pueda tener lugar.
[1] https://revistamercados.com/no-nos-podemos-permitir-el-lujo-de-tener-que-elegir-entre-mama-y-papa/
Gracias, Tomás, por esta nueva entrada, por recoger mis comentarios y por darme la oportunidad, así, de responder:
– Quizá las limitaciones de Twitter me hicieron expresarme con poca claridad: cuando dije «de una vez» me refería a que no se puede retrasar más el momento de actuar, pero desde luego que es necesario un periodo transitorio (no eterno) de adaptación.
– Por otro lado, insisto en el problema del «pecado original». No creo que se trate de reescribir la historia. Varias fueron las voces que alertaron en su momento (no sólo en el seno de COAG, con mención especial a mi compañero Carlos Mateos, sino en otras organizaciones agrarias y de cooperativas europeas) que ese paso suponía profundizar en una dirección que contravenía el principio fundamental de las OP: hacer a los productores avanzar en la cadena hacia la comercialización, y no favorecer que el comercio retrocediera y ocupara posiciones de producción. El hecho de maximizar los fondos no puede ser sostén para pervertir los principios de partida.
– Otra puntualización: desde luego que es magnífico, y muy reconocido por todo el sector, el esfuerzo realizado por FEPEX en la puesta en marcha de Fruit Attraction. Entiendo que es una muestra de liderazgo, pero no acabo de ver la relación con el mundo de las OP y que sirva para rechazar el argumento de la intrusión del sector comercial en el mismo.
– Finalmente, estoy completamente de acuerdo en que los monopolios no son deseables y que la colaboración, cooperación y la estrategia de cadena es absolutamente necesaria para mantener la rentabilidad y la pervivencia de todos sus eslabones.
Un placer, como siempre, poder compartir opiniones y debatir sobre este u otros temas, aunque sea mediante el intercambio epistolar digital.