La CE adopta formalmente la ayuda de 125M para la retirada de verduras y frutas
La Comisión Europea (CE) adoptó hoy la ayuda de 125 millones de euros con los que se podrá financiar hasta el 75 % de los costes de la retirada del mercado y distribución gratuita de una serie de verduras y frutas perecederas.
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La Comisión ha adoptado «formalmente» esta medida de emergencia, anunciada el 18 de agosto, para hacer frente al exceso de oferta de varias frutas y hortalizas afectadas por el embargo ruso a productos europeos, impuesto por Moscú en represalia a las sanciones comunitarias por su actuación en el conflicto ucraniano.
El Ejecutivo comunitario «confirma que el brócoli y las ciruelas están incluidos» en la ayuda, y clarificó que también cubrirá las coles, y no solo la col blanca, y las bayas de todo tipo, no solo los frutos rojos.
Para evitar que los fondos se concentren en uno o dos sectores, la Comisión estableció un límite de 82 millones de euros para la ayuda que puede ir destinada a los productores de manzanas y peras, y de 43 millones en el caso de los otros productos.
En el caso de las retiradas que se destinen a la distribución gratuita a bancos de alimentos, escuelas, hospitales y similares, la cantidad financiada por la Unión Europea (UE) puede llegar al 100 % de los costes.
En cambio, cuando las frutas y hortalizas se destinen a otros usos como fabricar abono o extraer energía, o cuando se proceda a su destrucción, la cantidad financiada por la UE se elevará al 75 %, en lugar del 50 % inicialmente previsto.
En cuanto a las frutas y verduras no recolectadas o recolectadas «en verde», antes de su maduración, las ayudas también alcanzarán un 75 % de cofinanciación europea -junto a un 25 % que correrá a cargo de las Organizaciones de Productores (OP)- en el caso de agricultores que formen parte de estas organizaciones, y será de un 50 % para los que no.
Rusia era el principal mercado de exportación de muchas de estas frutas y verduras que se encuentran en plena temporada y que no tienen ninguna opción de almacenamiento en la mayoría de los casos, ni tampoco margen para buscar mercados alternativos al ruso.