La AICA cumple 5 años con 4.000 inspecciones y con un plan general de vigilancia
Una tercera parte de todas las inspecciones se concentraron en el sector hortofrutícola. En cuanto a sanciones, se impusieron cerca de 1.500 e igualmente la mayoría en dicho sector.
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La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) cumple cinco años 4.053 inspecciones y cerca de 1.500 infracciones sancionadas en este período, y lanzará este año un plan general de vigilancia que permitirá desarrollar acciones simultáneas en diferentes sectores.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha sido el encargado de clausurar la reunión del consejo asesor de la AICA, un órgano adscrito a su departamento y que ha hecho balance de este primer lustro de vida dedicado a vigilar el equilibrio de la cadena alimentaria.
A fecha 31 de diciembre de 2018, una tercera parte de todas las inspecciones se concentraron en el sector hortofrutícola, hasta sumar 1.348. Por detrás le siguen el vitivinícola (754), el lácteo (749), el oleícola (588) y el cereal (121).
En el sector ganadero, la Agencia realizó 119 inspecciones en el sector bovino, 100 en el porcino y 98 en el avícola.
Dentro del capítulo de sanciones, 559 de las cerca de 1.500 multas recayeron en productores hortofrutícolas, 295 correspondieron a agentes del sector lácteo, 183 del aceite y 172 del área del vino.
Motivos frecuentes de sanción
Los motivos más frecuentes de sanción fueron el incumplimiento de los plazos de pago (44 %), la ausencia de contratos (16 %) y no suministrar la información requerida (13 %).
El importe total de esas multas ascendió a 10,2 millones de euros, una cantidad cuyo 75 % la desembolsaron los minoristas, el 14,5 % la industria; el 10,1 % los mayoristas y un 0,4 % los productores.
Además, la AICA ha recibido 243 denuncias: 103 en el lácteo, 56 en frutas y hortalizas, 33 en el área oleícola y 26 en el vitivinícola.
En el consejo se ha incidido en que 68 de esas denuncias eran por posibles prácticas de “venta a pérdidas”, que fueron trasladadas a las comunidades autónomas correspondientes debido a que su trámite es de su competencia.
Entre su labor, se encuentran las auditorías, un total de 274, efectuadas a las DOP e IGP supraautonómicas que lo han pedido, así como los 188 expedientes sancionadores incoados por incumplimientos en la Ley que regula esas figuras de calidad alimentaria.
También ejerce labores de control de las declaraciones en el sector oleícola, que se han saldado con 3.800 inspecciones para comprobar la veracidad de los datos de dichas declaraciones.
Planas ha felicitado a la AICA por conseguir en poco tiempo consolidarse como “organismo de referencia” en el control, la inspección y en la consecución de unas “relaciones justas” en el sector agroalimentario.
Un plan ambicioso
El nuevo plan de control presentado en el Consejo Asesor es, según el ministro, “aún más ambicioso” porque “por primera vez” incluye un plan general de vigilancia con “actuaciones específicas a desarrollar” en momentos concretos, como las campañas de recolección.
En su intervención, el ministro ha valorado que la Agencia haya sabido adaptar su actividad a “nuevas funciones” que le han ido encomendando, además de actuar con “rigor” y de forma “vigilante” para que se cumplan aspectos como la implantación de los contratos en las relaciones comerciales.
De cara al futuro, Planas le ha puesto como objetivo velar por la “implantación plena” de los contratos en el sector y adaptarse a su función como agencia europea, reconocida dentro de la directiva comunitaria sobre las prácticas comerciales desleales.
En declaraciones a los periodistas, la directora de la AICA, Gema Hernández, ha calificado de “ambicioso” el nuevo plan de trabajo para 2019, especialmente porque incluye ese programa general de vigilancia con el que se quiere establecer una “planificación más exhaustiva” de las inspecciones.
Además, en 2019 la Agencia pretende desarrollar planes “en algunos sectores en los que todavía se ha actuado poco”.
Hernández ha hecho un balance “muy positivo” de estos cinco años y apuesta por seguirmarcándose objetivos para que la Agencia “siga haciendo” su labor, definida en la Ley del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria.