La campaña del melón comenzó en la región con precios tímidos en el mercado como consecuencia del solapamiento con la recolección de Murcia. Casi un mes después, sin competencia ya en ningún territorio europeo, las cotizaciones siguen de media por debajo de los costes de producción, a pesar de que desde la Interprofesional del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha aseguran que «la oferta y la demanda están equilibradas».
Su presidente, Cristóbal Jiménez, achaca esta situación a la atomización del sector productor y la «posición dominante en el mercado de la gran distribución», que aprovecha la primera circunstancia para imponer «una campaña de contención de precios». «El 80% de la producción en Murcia está en manos del 20% de los agricultores y aquí ocurre justo lo contrario: hay 2.000 personas vendiendo melones por libre y haciendo la guerra por su cuenta», apostilla. Jiménez recuerda que la región cuenta con las ventajas de la «calidad» y una «estacionalidad» que provoca que, a día de hoy, «no hay más verde en Europa que el de La Mancha».
Unas ventajas, remarca el presidente de la Interprofesional, que «no logramos aprovechar» y que tiene difícil solución hasta que no se apruebe una extensión de norma de calidad como tienen otros sectores como el vino y el aceite. Confía, no obstante, en que la tendencia al alza de las últimas lonjas se ratifique en la reunión del próximo miércoles y los agricultores consigan unos precios a pie de campo que superen al menos los costes de producción. En este punto, Cristóbal Jiménez hace hincapié en que el productor pierde dinero, si el precio medio del melón está por debajo de los 22 céntimos el kilo. En la última lonja, el extra cotizó a 24 céntimos, pero el de primera y segunda categoría se situaron en 17 y 13 céntimos, respectivamente.
Con la sandía, que «se está defendiendo mejor que el melón», el precio límite para no arrojar pérdidas es 18 céntimos el kilo. Las altas temperaturas tanto en España como en Europa (se exporta alrededor del 40% de la producción) están favoreciendo su consumo. Lo que no se repetirá esta campaña, al menos en agosto, es el colapso que sufrió el sector del melón por la concentración del 70% de la cosecha en apenas tres semanas, lo que se tradujo en unos precios muy bajos, «al 50% del coste de producción». Jiménez explica que este año se ha plantado menos en la segunda fase y algo más en la tercera y última, que se empezará a recoger entre el 8 y el 10 de septiembre.