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Seriedad, calidad y solvencia. VEGACAÑADA

Vegacañada responde con estas premisas a las exigencias de sus clientes que quieren un tomate con más sabor y vida útil.

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Los mercados son cada vez más exigentes, sobre todo en productos básicos de la cesta de la compra, porque los consumidores ya no se conforman con cualquier hortaliza: reclaman calidad y en el caso del tomate, además, mucho sabor. Vegacañada, una de las 8 compañías que forman parte de la IGP Tomate la Cañada, es una de las que apuesta por esta forma de producir. El resultado es un producto reconocido por un distintivo que acredita unas cualidades y sabores únicos que se consiguen gracias a una cuidada selección varietal y unas prácticas agrícolas que aprovechan lo mejor de la tierra y del clima de esta comarca.

Andrés Soler, director comercial de Vegacañada, considera que la evolución del sector productor de tomate en Almería no se entiende sin el esfuerzo de agricultores como los que forman parte de esta empresa y que siguen los principios de seriedad, calidad y solvencia en cada campaña para ofrecer siempre un producto excelente. “Nuestra prioridad es dar un buen servicio, somos muy exigentes con los estándares de calidad para poder responder a las demandas de nuestros clientes”, asegura Soler que añade que esta estrategia no cambia en función de las condiciones de los mercados, sino que marca de forma global su forma de producción, algo que se refleja en los resultados.

El sabor, por encima de todo

En materia varietal, Vegacañada lo tiene claro: el sabor es lo más importante, es lo que buscan en cada campaña y lo que piden a las casas de semillas. Color y vida útil también son importantes, pero estos requerimientos vienen determinados por el tipo de clientes o mercados a los que se dirigen cuyos gustos son diferentes: a lo que ningún consumidor quiere renunciar es al sabor. Su catálogo de tomate es amplio y abarca desde el redondo liso, hasta el asurcado tipo Raf, pasando por los tomates cherry en sus diferentes tipos, o los pera.

La producción certificada por el sello de la IGP Tomate la Cañada cuenta todas las garantías, pero como recuerda Soler, “esto no es un título que te regalan”. Hay que trabajar duro para cumplir con los requisitos de la IGP y que “hacen de nuestro tomate algo diferente, especial” que luego debemos hacer valer, invirtiendo en acciones promocionales que den a conocer todas sus propiedades y beneficios.

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