«Productividad y calidad son la clave en el desarrollo varietal de fresa»

El cambio viene en la proporción de cada variedad, donde Rociera y Rábida han crecido un 3% y Primoris ha disminuido un 5%.

El motivo del continuo crecimiento de Rociera en tan poco tiempo es que el productor encuentra muchas ventajas a la hora de cultivarla, como es su larga vida útil, buen calibre y homogeneidad (tanto en el color, como en tamaño y forma) y sabor. “Pero comparándola con nuestras otras dos variedades, se diferencia en que resulta más productiva, especialmente en las zonas arenosas de la provincia”, comenta Fernando Zaforas, director comercial de FNM. Además, suele llegar a destino con una calidad excepcional y esa constancia permite una comercialización estable y rentable hasta el final de la campaña.

Desde un punto de vista técnico, Rociera se adapta perfectamente a manejos de Producción Integrada. Se trata de una planta vigorosa, con largos pedúnculos que facilitan la recolección y con una arquitectura abierta que favorece una mayor aireación y consecuentemente un menor número de aplicaciones fitosanitarias, aspectos muy necesarios hoy en día ante la falta de materias activas para el desarrollo del cultivo.

Ante esta necesidad, FNM mantiene abiertas líneas de I+D relacionadas con la resistencia a enfermedades, “algo que siempre hemos tenido muy en cuenta a la hora de desarrollar una variedad”. Asimismo, otro factor que cada vez se tiene más en cuenta dentro del sector es la precocidad, muy presente también en las líneas de investigación de FNM.

Respecto a su programa de frambuesa, han obtenido una variedad remontante que ha cosechado muy buenas impresiones y de la que se está estudiando su comportamiento en tres localizaciones de la provincia de Huelva. “Habrá que esperar un poco para que esté en el mercado”, señala Zaforas.