La mecanización es el futuro
Felipe López, gerente de Gregal S.Coop.
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La pandemia no ha hecho más que agravar la problemática de la escasez de mano de obra; primero, por los contagios en sí y, en segundo lugar, por el miedo que ha generado entre los trabajadores.
Diciembre y enero fueron meses muy complicados en los almacenes y en el campo. La rapidez con la que se propaga la nueva variante Ómicron dio lugar a muchas bajas en plena campaña de invierno. Aun así, logramos servir a todos nuestros clientes adaptando la recolección al personal que teníamos disponible, al que agradecemos enormemente su esfuerzo e implicación. Y, llegados a este punto, tengo que reconocer que la climatología, en esta ocasión, ha jugado a nuestro favor, puesto que el frío ha regulado las producciones. No quiero imaginar qué hubiera pasado de haber tenido los mismos picos de producción de hace un año.
Todo esto no hace más que confirmar lo que ya sabíamos: la mecanización es el futuro. Y no solo por la coyuntura de pandemia actual, sino porque, en el largo plazo, la mano de obra va a ser cada vez más escasa.
En nuestra cooperativa fuimos pioneros en la introducción de máquinas cosechadoras de lechugas en el campo. Hoy, tenemos mecanizada la recolección de una gran parte de los productos de hoja, apio y coliflor, y no dejamos de hacer inversiones también en el almacén, donde ya contamos con despaletización y paletización automática, detectores ópticos de calidad, robotización de áreas productivas y envases vacíos, calibradores de última generación…
Las contrataciones en origen pueden ser una alternativa en el corto plazo a la falta de mano de obra local
Bajo mi punto de vista, en el medio y largo plazo, el objetivo debe ser automatizar todo lo posible en el campo. Es un paso importante y necesario. Para lograrlo, y aunque suene muy repetitivo, debemos lograr la tan ansiada concentración de la oferta. Hay que estar concentrado para hacer inversiones cuantiosas; de lo contrario, es muy complicado.
Mientras tanto, y para contrarrestar la escasez de mano de obra, otra opción a tener en cuenta pueden ser las contrataciones en origen. En los años 2000 y 2001, reclutamos a más de 180 personas de Ecuador que vinieron a España con contratos de trabajo. Ahora la burocracia es mayor, pero no descarto que, a corto plazo, pueda ser de nuevo una alternativa si las administraciones nos facilitan el camino.
Por otro lado, y volviendo sobre la concentración de la oferta, nos va a permitir también sentarnos a negociar con la Gran Distribución, no ya en igualdad de condiciones -eso es muy difícil-, pero sí al menos en las mejores condiciones posibles. Me gustaría pensar que este proceso tendrá lugar de forma voluntaria; de lo contrario, serán muchas las empresas que se queden por el camino.