La cebolla española busca consolidar su presencia en Europa

Calificar la campaña 2013/2014 de cebolla como buena, es correcto, así nos lo ha transmitido el propio sector. Sin embargo, como siempre pasa en el sector hortofrutícola, cuando algo ha ido bien para algunos, no ha resultado ser tan positivo para otros. El productor firmaría los precios pagados en origen; el productor / comercializador ha podido obtener rentabilidad gracias a su producción propia, pero el comercializador, aquel que ha salido al campo a comprar producto, ha tenido serias dificultades para poder cubrir los costes de manipulación y envasado. Y es que a pesar de la escasa producción de calibres gruesos en Europa, el consumidor se ha conformado con los calibre medios, impidiendo que el precio de la cebollas española alcanzase los niveles que los productores esperaban.

Esta situación que se ha registrado hasta final de campaña, ha hecho que el sector cierre el ejercicio con un sabor agridulce. “Pero a mí me gusta ver siempre el vaso medio lleno, y quizás esta estabilidad en precios, sin subidas ni bajadas bruscas, explica el aumento de las exportaciones de cebolla española a Europa”, nos apunta Alfonso Tarazona, presidente de ACEC, entidad que a principios de marzo confirmaba un incremento del 15% en los envíos al viejo continente. “Tenemos que aprovechar la buena imagen que hemos creado este año en Europa, y mostrar a todos que la cebolla española es la mejor del continente”, apostilla el presidente de ACEC, desde donde nos confirma que la superficie de cultivo para esta próxima campaña no se incrementará en exceso. Serán los rendimientos de cultivo que se alcancen los que marcarán el aumento o no de la producción.

 Terceros Mercados

Podríamos pensar que debido a ese buen contexto europeo, el sector español se ha olvidado de los terceros países, aquellos mercados donde, en años con Europa saturada de producto, se ponen todas las esperanzas. Desde ACEC nos señalan que no es cierta esta reflexión, al igual que nos lo confirman desde otras entidades del sector. Estas líneas comerciales siguen estando abiertas, pero por determinadas circunstancias, estos países no han demandado producto español.

A pesar de esta reducción puntual en los envíos a mercados más lejanos, el sector sigue reclamando la armonización administrativa dentro del territorio nacional, pues han sido varios los contenedores de cebolla bloqueados en los puertos españoles por el simple hecho de que la autoridad portuaria de turno no reconoce los impresos aportados por la comunidad productora. “Estamos ofreciendo una mala imagen ante nuestros clientes, limitando por tanto nuestro potencial de crecimiento en esos terceros países. Es cierto que las competencias en agricultura están transferidas a las comunidades autonómicas, pero la administración central nos tiene que dar alguna solución”, denuncia Tarazona.

Se trata en definitiva de aprovechar la buena senda por la que parece caminar el sector de la cebolla española, volver a ganar presencia en Europa, sin dejar de lado esos terceros países, donde es esencial no repetir esquemas erróneos que se han cometido en Europa, pues de lo contrario, otros volverán a ganarnos la partida.