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Construir y consolidar en tiempos difíciles

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Fruit Logistica

En valor, 2016 representó el mejor año de la exportación hortofrutícola española, con un aumento del 5% con relación a 2015, totalizando 12.486 millones de €, superando por primera vez los 12.000 millones de euros.

A lo hora de escribir este artículo no dispongo de los datos completos del año 2017, pero las cifras provisionales e incompletas disponibles son de nuevo positivas. En los nueve primeros meses del año, las expediciones hacia la Unión Europea han vuelto a crecer un 3% en valor y las exportaciones a países terceros un 2%.

Estas cifras, a pesar del embargo ruso, que ha sido un serio contratiempo para el conjunto del sector europeo, solo pueden ser motivo de satisfacción y justifican plenamente la destacada participación española en Fruit Logística, la otra gran feria europea de las frutas y hortalizas, esta vez en el principal país consumidor y acercándonos al final de las más importantes campañas para el sector español.

Satisfacción sí, pero sin bajar la guardia. Sigue habiendo importantes retos que abordar. El primero, en este contexto, es el de las exportaciones fuera de la Unión Europea, de la apertura (lenta) de nuevos mercados y que exige constancia en el esfuerzo y gran compromiso de rigor y de calidad. Estamos en este camino, con tropiezos pero también con alegrías.

Pero el reto que me gustaría subrayar ahora, la auténtica espada de Damocles que pesa hoy sobre nuestro sector, es el tema del agua y las consecuencias del cambio climático. Nos estamos refiriendo tanto a la disminución de la pluviometría como a la alteración de sus ciclos, con menos ocasiones de lluvias pero más fuertes y torrenciales.

El reto se debe abordar tanto del lado de la oferta de agua como de la demanda, tanto desde los distintos poderes públicos como por parte del sector, y ser objeto de un consenso político fuerte.

Únicamente un enfoque integral que incorpore aguas recicladas, recuperación de aguas de lluvia, desaladas, técnicas de ahorro, cambio en la política energética favoreciendo las energías renovables, eliminación de pozos ilegales, limitación a los nuevos invernaderos… pueden reunir un consenso (o disenso) suficientemente equilibrado para ser aceptable y aceptado por todos.

La auténtica espada de Damocles
La adaptación al cambio climático y el aumento de la resiliencia del sector son dos prioridades de primer orden en este contexto más incierto. No nos engañemos. Ni hay, ni habrá agua para todos, no hay o habrá agua para todo. El tema no se resuelve pidiendo a grito pelado trasvases. En el mejor de los casos, son pan (bienvenido cierto) para hoy pero hambre para mañana.

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