Almería es el jardín de Europa en invierno y debe seguir siéndolo
Javier Díaz, Director comercial de SAT Agroiris.
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Como todos sabemos, otros países están intentando alargar sus temporadas de recolección para tener más peso en las épocas de menor producción en Europa, donde el consumo en invierno es notable. Es cierto que hay dos formas de competencia que nos están afectando de forma muy directa; por un lado, la tecnificación de países como Holanda, que cada vez utiliza más tecnología y recursos naturales para sus invernaderos, y por otro, orígenes como Marruecos, que están mejorando su producción mediante una imitación del modelo de invernadero de Almería.
En el primer caso, la producción holandesa y de otros países tradicionalmente no agrícolas están teniendo consecuencias sobre nuestro sector, más aún con la moda de las cadenas de supermercados de promocionar el ‘local to local’, es decir, el consumo de productos más locales o nacionales; pero es indudable que, para ello, tienen que afrontar un mayor gasto energético en calefacción y luz artificial, así como sembrar la gran mayoría de los cultivos en suelos artificiales. En Almería, sin embargo, tenemos la ventaja de hacer un cultivo más tradicional y respetuoso con el medio ambiente, algo que el cliente, y al final el consumidor, debe valorar como último eslabón de un consumo responsable y más natural.
En lo que respecta a la competencia de otros países fuera de la Unión Europea, creo que la clave está en que, aunque están desarrollándose cada día más, no pueden garantizar unos productos sanos, social y éticamente responsables como Almería, que cumple las normativas tanto de calidad como sociales de manera rigurosa en toda la cadena de producción.
Además, una ventaja que no se suele destacar, pero que merece ser tenida en cuenta, es que, frente a las grandes propiedades en otros cultivos, los invernaderos de la provincia son de carácter familiar y extensiones más pequeñas, lo que garantiza un desarrollo continuado de nuevas técnicas de producción, una variedad de cultivos muy extendida, el dinamismo y la investigación en semillas, construcción de estructuras novedosas, ahorro de agua, nuevas hortalizas y frutas y la adaptación constante a la demanda del mercado. Pero aún es más interesante su mantenimiento de una economía muy distribuida, permitiendo que sea el sector más dinámico del mundo en cultivos protegidos.
El esfuerzo de los agricultores hace que Almería sea, y debe seguir siéndolo, un referente en hortalizas saludables, garantizadas agronómica y socialmente, y que Europa pueda consumir productos frescos y sanos en invierno.