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Frutas

A debate: Niebla en el horizonte de la fruta de hueso

A pesar de que los precios han mejorado mucho en la fruta de hueso en los últimos años, si hay algo que describe al sector en estos tiempos es la incertidumbre, esa capa de neblina que no deja ver a largo plazo y que impide hacer planes de futuro.

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De 2004 a 2019 los precios de la fruta de hueso dejaban año tras año resultados pésimos debido a una superproducción, salvo contados ejercicios donde el adverso clima favorecía la campaña. A partir de ahí, la reestructuración y renovación varietal acometida, sobre todo en el valle del Ebro, ha logrado equilibrar la oferta y la demanda en España y especialmente en las campañas con menos volumen. El problema ahora está en que el sector debe asumir unos costes disparados, falta de mano de obra, una fuerte sequía que está ya haciendo grandes estragos en algunas zonas y una Ley de la Cadena que parece asfixiar más que ayudar a los productores, según las asociaciones.

La producción en España no superó el millón de toneladas de fruta de hueso en 2022 (el registro más bajo de los últimos 10 años) según el Ministerio, siendo el segundo productor europeo por detrás de Italia. Tras tres campañas de caída de volumen consecutivas debido a incidencias climáticas, este año parece recuperar su volumen productivo en un 50%. El temor está en si los precios seguirán cubriendo costes con una cosecha más abundante y si la disponibilidad hídrica será suficiente.

Amalia del Río, directora de la revista Mercados, se sienta en la mesa de “A Debate” con representantes de las diferentes zonas productoras de fruta de hueso en España en la sede de Fepex en Madrid para abordar todos estos asuntos.

PARTICIPANTES

  • Miguel Ángel Gómez, gerente de Afruex (Extremadura)
  • Atanasio Naranjo, presidente de Tany Nature
  • Joaquín Gómez, presidente de Apoexpa (Región de Murcia)
  • Javier López Esparza, presidente de Asociafruit (Andalucía)
  • Manel Simón, director general de Afrucat (Cataluña)

EL FUTURO DEL SECTOR

Cambio climático, sequía, incremento de costes, falta de mano de obra… son muchos los desafíos del sector agrícola en general y del de fruta de hueso en particular, pero, ¿cuál es el principal reto del sector?

M. A. Gómez: El sector de fruta de hueso de España goza de buena salud en general. Desde luego, hay muchos aspectos a mejorar, pero desde Afruex lo que nos preocupa fundamentalmente es toda la legislación que se está sacando desde las administraciones en muy corto plazo de tiempo. Tenemos encima de la mesa un goteo legislativo constante, difícil de gestionar, con normativas respecto al plástico, las crecientes limitaciones de acceso a herramientas de control de plagas y enfermedades, etc., al que es imposible seguir el ritmo. Muchas empresas no saben cómo se hace, cuándo empieza, cómo aplicarlo, procesar los datos… Muchos problemas vienen por ese tema. Hay mucha legislación y todo ha llegado a la vez.

A. Naranjo: Es normal que no se de a basto con tanta legislación, hecha en caliente y, desde luego, a veces, con mucha insensatez. Pero, para nosotros, los productores, lo importante actualmente es la incertidumbre tan grande que hay. Si a todos los costes añadidos le sumamos la incertidumbre del agua, el tener o no mano de obra… ¿cuál es mi visión? Antes éramos capaces de planificar a un plazo de 10 años, ahora ya no somos capaces.

J. López: En nuestra región, zona extratemprana de fruta de hueso (Huelva, Sevilla y Córdoba), el gran reto eran las puntas de producción, pero en los últimos años se ha llevado a cabo una fuerte reestructuración varietal y se ha reducido hasta un 60% de la superficie, aunque no el mismo porcentaje en volumen ya que las variedades actuales son más productivas. Creo que todas las decisiones que se han ido tomando han sido porque no quedaba otra alternativa, a base de reveses por las diferentes circunstancias que nos han ido afectando. Ahora parece que hemos llegado a un punto de estabilidad, aunque cualquier factor puede dar al traste con la campaña. Hay que tener cuidado para no repetir errores del pasado.

M. Simón: La climatología adversa, su aleatoriedad, y la imposibilidad de previsión de los últimos años, evidentemente hace muy difícil este negocio. El año pasado se perdió en Cataluña el 75% de la fruta de hueso debido a las heladas del mes de abril de 2022, y este verano 2023 nos enfrentamos a uno de los peores retos de la historia: la falta de agua de riego por la sequía. Pero no debemos olvidar que Cataluña, con Lleida a la cabeza, es una región líder de producción en Europa, con unas características edafoclimáticas idóneas que aportan una elevada calidad gustativa a nuestros productos. Estos efectos climáticos que hoy padecemos no se han vivido en 40 años, pero también han afectado a otras zonas del mundo que han vuelto a recuperar su normalidad. Esperamos que la misma aleatoriedad climática nos devuelva la normalidad. Seguiremos produciendo aquello que se nos da bien, y en paralelo debemos invertir más en hacer eficientes los recursos necesarios y tan preciados como es el agua.

 

 

Atanasio Naranjo,Tany Nature: 
“Antes yo tenía las metas claras, ahora no soy capaz de ver el horizonte, solo hay niebla e incertidumbre”
“Estamos usando el agua para producir alimentos y me da vértigo ver que la sociedad nos demonice por ello”
“Hay que crear valor añadido para el consumidor, pero él debe renunciar a algo porque si no, no llegamos”

 

CAMBIO CLIMÁTICO

La sequía está perjudicando gravemente el árbol frutal, ¿cómo os está afectando a cada zona?

J. López: Creo que mi zona es de las más perjudicadas. En Huelva la situación es mala y en Sevilla, catastrófica. Tenemos autorizada una dotación de agua de solo 700 m³ por hectárea, y la sequía y la proliferación de plagas resultante del estrés hídrico de los árboles nos deja en una situación crítica. En Huelva hay un 25% de restricción de agua de riego que pronto se convertirá en un 50%. Esta situación ha llevado a que hayamos tenido alrededor de un 35% menos de producción, aunque es de muy buena calidad, le falta mucho calibre. El precio por calibre ha sido más alto, pero estamos vendiendo sobre todo producto de menor categoría. Este año con la producción reducida, salvamos el ejercicio, pero el año que viene el volumen será ridículo. Si no se corrige la falta de agua, la producción puede reducirse hasta un 75% en Sevilla. Y en Huelva estaremos como en Sevilla este año.

A. Naranjo: En Extremadura hemos vivido una situación de sequía muchas veces, en el 83, en el 95, se han realizado pantanos, pero nos hemos consumido el reservorio y no se ha hecho nada más. De hecho, tenemos recortes de riego en todos los cultivos. En Almería y Murcia tienen menos problemas porque han llevado a cabo infraestructuras al haber tenido siempre escasez de agua. Y para más Inri, me da vértigo ver que, para la sociedad, los agricultores somos “bichos malos”, no ven que estamos usando el agua para producir alimentos. En mi caso, por ejemplo, esta situación de sequía no me permite saber qué cantidad de planta pedir para hacer plantaciones el año que viene porque no sé si tendré agua para regarla. Y lo triste es que en la Península sobra agua.

M. Simón: Todas las zonas de producción de Cataluña están amenazadas por la sequía, pero la zona regable en situación más grave es la del Canal de Urgell. La falta de inversión público-privada en su modernización nos lleva hacia una muerte anunciada. En esta zona producimos el 50% de nuestras manzanas y peras y el 7% de nuestros melocotones y nectarinas. Aún es pronto para saber la repercusión directa, pero la limitación extrema de dotación de agua pondrá en riesgo no solamente muchas producciones, sino también la supervivencia de muchos árboles. Por supuesto hay, y puede haber sequías, pero podríamos también ser más eficientes en la gestión del agua y de esa forma poder alargar más los recursos hídricos en los periodos de limitación. Pagar por volumen nos obliga a ser más eficientes y, siendo más eficientes, podremos estirar el chicle y hacer más llevaderas las épocas de escasez y agonía.

J. Gómez: Es preciso llevar a cabo una política nacional del agua. Murcia recicla el 97% de su agua residual para regar y nos da suficiente agua, con millón y medio de habitantes. Esto quiere decir que solo con el agua residual de Madrid se podrían solucionar muchos de los problemas de los agricultores en la Península. Se pueden tomar muchas medidas para aprovechar el agua en general, tanto con grandes como pequeñas obras.

M.A. Gómez: El Gobierno debe buscar una solución a este problema, ya que considero que hay que poner en marcha una legislación, con unas prioridades, donde los agricultores y su acceso al riego deben estar entre ellas.

Manel Simón, Afrucat: 
“La limitación extrema de dotación de agua pondrá en riesgo la supervivencia de muchos árboles”
“Seguiremos produciendo aquello que se nos da bien, y en paralelo debemos invertir más en hacer eficientes los recursos”
“Si no nos mata la falta de agua, nos ahogarán los costes y la burocracia”

 

¿Y el cambio climático en general?

A. Naranjo: El cambio climático se está uniendo necesariamente al desarrollo varietal. Cada día las variedades tienen menos necesidades de horas frío y deben ser más rústicas, para que se adapten al comportamiento errático de las estaciones. Hoy tenemos variedades en Extremadura produciendo con cierta anterioridad a Sevilla o Murcia, algo insólito, pero cumplimos las horas frío antes y teniendo un ciclo más largo, nos permite tener muy buen calibre y sabor. También sucede después en Extremadura con el Valle del Ebro y otras áreas europeas en variedades que hace años eran impensables. Esta campaña no hemos tenido otoño, ni frío de invierno. El frío vino tarde, lo que ha provocado que nos falte un 25% de piezas en los árboles, pero tenemos muy buenos calibres.

J. Gómez: Estoy de acuerdo, en Murcia, la recolección de albaricoque esta campaña se ha adelantado 16 días de media y con la misma variedad, algo fruto del cambio climático.

A. Naranjo: «La tecnificación en campo no la veo viable porque nuestro CULTIVO requiere de un trabajo artesanal»

M. Simón: Además de la sequía, sufrimos otras inclemencias como heladas y granizo, donde la inversión en sistemas de protección es y será una herramienta básica para salvar nuestras plantaciones, lo que, junto a nuestro robusto sistema de Agroseguro, representan una garantía básica para nuestros agricultores.

¿Están las producciones eficientemente preparadas para lograr el máximo ahorro de agua?

A. Naranjo: Sí, primero por una razón de optimizar costes, después, en la búsqueda de mayor calidad de producto, responder a los requisitos medioambientales de tus clientes y, por supuesto, debido a la escasez existente. Sin duda, el sector está más optimizado en cuanto a sistemas de riego eficiente.

M. Simón: En cuanto al agua, va por barrios. Tenemos zonas muy pero que muy modernizadas con hidrantes y contadores de suministro de agua, y en cambio otras que aún riegan a manta. Como antes comenté, nos salvarán: la nieve, las lluvias o la eficiencia. Para los primeros dos factores aún no tenemos la llave de su gestión, para el tercero sí, pero muchos no la utilizan. En periodos de escasez debemos alargar los recursos con gestión y eficiencia, y esto implica inversión. Por supuesto, las políticas de inversión públicas deben encaminarse también a asegurar este recurso. Las inversiones pendientes en modernización de los sistemas de distribución de agua son urgentes y los incentivos a las inversiones en eficiencia en el riego son necesarios. No nos debemos olvidar que está en juego nuestra soberanía alimentaria.

J. Gómez: Creo que se podrían hacer más acciones para ahorrar agua a nivel general, no solo el sector. Por ejemplo, se turbina agua para crear energía y en momentos de escasez podría limitarse este sistema. También conozco el caso de presas que se vacían cada año y se tira el agua al mar para que no corra el riesgo de no soportar las riadas del invierno, pero nadie proyecta hacer un trasvase con ese agua. No hay voluntad política y la realidad es que la agenda 2030 se ha olvidado de que vamos a tener problemas para alimentar a la población si no buscamos soluciones.

M. A. Gómez: Creo que el agua sobra, pero no hay proyectos que solucionen su administración, y se han de desarrollar soluciones de trasvases entre las presas y los pantanos. Esta falta de iniciativa se traducirá en que la creación de puestos de trabajo se vaya a otros países.

¿Qué otros factores se escapan a vuestro control y determinan el futuro de la fruta de hueso?

J. Gómez: Un hándicap que tenemos hoy día es que hemos perdido nuestro carácter de fruta de temporada porque ya hay una gran variedad de frutas que están muchos meses, e incluso todo el año, en el lineal, y el consumidor no sabe cuándo es temporada y cuándo no. Por ejemplo, las mandarinas llegan hasta mayo, hay uva de mesa casi todo el año, piña, sandía…, etc. Además, esta gran diversidad de producto nos resta cuota de mercado, ya que la oferta, a la hora de elegir, es mucho mayor. La fruta de hueso también ha ampliado su campaña, con variedades cada vez mejores de sabor, sin embargo, ese adelanto viene acompañado de malas condiciones climáticas, lo que afecta directamente a la calidad de la fruta en algunos momentos. Un albaricoque un lunes es diferente al siguiente lunes (no es la misma variedad, climatología…). Es uno de los problemas que tenemos con el hueso, que no ofrecemos una calidad estándar.

M. A. Gómez: Efectivamente, estamos teniendo en los lineales productos que no son de temporada, con una calidad estándar, con un precio estable y eso confunde al consumidor final, que no sabe qué es la fruta de temporada. Además, no es lo mismo la calidad de un melocotón en temporada que fuera de ella, mientras que el sabor de una piña es más estándar. Hay que educar al consumidor para que sepa distinguir la temporada de cada producto.

A. Naranjo: Son muchos los retos que afrontamos. De esta forma, el sector ve el futuro con un horizonte lleno de niebla. Para la fruta de hueso esta situación es muy difícil ya que es uno de los sectores que más mano de obra requiere y de cualificación, restándole competitividad frente a otros. La renovación generacional es otro reto. En cuanto a la innovación, es tan bestial, que parece que siempre llegues tarde. Y la canibalización entre productos va a continuar ¿Quién va a tener dinamismo para hacer una transformación de fruta de hueso si la situación no es favorable?

¿Cómo lográis gestionar la escasez de producto con la fuerte demanda de la distribución?

J. López: La distribución quiere suministro y si no se lo damos, se busca otros orígenes. En nuestro caso, vamos a tener una tragedia comercial brutal, especialmente en cítricos, donde Egipto se está quedando con una parte importante de nuestra cuota de mercado. En fruta de hueso, sin embargo, no hay otra alternativa. Sí experimentamos una resistencia a subir los precios, sobre todo, con los calibres más pequeños.

J. Gómez: Los precios no suben, siempre pueden bajar, pero es difícil que suban y las cadenas tienen un sistema de formación de precio muy rígida, pese a que haya menos producción. En Murcia estamos en el ecuador de la campaña y va a faltar un 15% de fruta con unos precios moderadamente buenos. El paraguayo le ha quitado el puesto al melocotón. Las nuevas variedades con sabor han aumentado la exportación hasta alcanzar este año las 80.000 Tn, mientras el melocotón está desapareciendo.

M. Simón: Hablando de fruta de hueso, a corto plazo será muy difícil que perdamos nuestra hegemonía en el mercado. Somos un país líder, en capacidad-volumen, y en calidad-sabor. Ante los últimos años de escasez por las heladas hemos estado priorizando mercados y clientes, disminuyendo los riesgos en la larga exportación, y fidelizando las líneas y cadenas continuistas. Este año, íbamos a recuperar nuestro potencial productivo viendo la carga y las ganas de nuestros frutales. Pero la sequía está aquí y vamos a ver cómo gestionamos una situación tan desconocida.

Miguel Ángel Gómez, Afruex:
“Hay un goteo legislativo constante difícil de gestionar en un corto espacio de tiempo”
“El problema de la Ley de la Cadena es que solo es para los españoles y tenemos que competir a nivel internacional”
“Hay que educar al consumidor para que sepa distinguir la temporada de cada producto”

 

COSTES

En uno de los sectores con más coste de mano de obra, ¿cómo afrontan el incremento de costes de producción a nivel generalizado?

J. Gómez: En la Región de Murcia el incremento de costes ha sido de un 40% y, con un volumen de cosecha normal, la subida de precio debe ser muy elevada para compensar ese aumento. Aunque los precios sean altos, no creo que compense tal subida ya que el incremento de costes ha sido tremendo.

A. Naranjo: Todo juega en nuestra contra. La Ley de la Cadena saca del mercado a los que dice favorecer, se demoniza el uso del riego, el plástico, al distribuidor, sube la logística… tengo un margen real del 2% y una presión del Gobierno para que baje precios. Asimismo, se imponen medidas sostenibles que suponen más y más costes. Aquí la única solución es que tengamos a los supermercados de la mano. Además, al consumidor le hemos dado todo y, hay que crear valor añadido para él, pero este debe renunciar a algo porque si no, no llegamos. Tiene que darse cuenta de que, si esto sigue así, tendremos productos menos sostenibles, más caros y con menos garantías de seguridad alimentaria. Hay que decirle al Gobierno que esto hay que cuidarlo. Antes yo tenía las metas claras, ahora no soy capaz de ver el horizonte, solo hay incertidumbre. Demonizar al empresario no es el camino para tener soberanía alimentaria porque el alimento no cae del cielo.

M. A. Gómez: Los mayores defensores de la Ley de la Cadena hemos sido nosotros. Pero el problema es que es solo para los españoles y tenemos que competir a nivel internacional, no estamos en igualdad de condiciones.

J. López: La Ley va en contra de lo que se pretende defender, de ahí que se hundiera el cítrico el año pasado. En cualquier caso, tenemos que mejorar en la formación del precio, no podemos depender de lo que imponga la gran distribución y no puede ser que el precio lo marquen otros y, cuatro días después de entregar la mercancía. Necesitamos un sector más fuerte.

 

Javier López Esparza, Asociafruit: 

“La sequía ha provocado que en Huelva la situación sea difícil y, en Sevilla, catastrófica”
“Necesitamos un sector más fuerte en la formación de precio, no puede ser que lo marquen otros”
“A corto plazo no vemos otra solución que traer personal de otros orígenes”

 

Hay cosechas que se han dejado sin recoger por falta de mano de obra. ¿Cómo trabajan para combatir esta situación?

J. Gómez: Cada vez menos gente quiere trabajar en el campo. Como ejemplo, el 33% de la población de Torrepacheco son inmigrantes, ya consolidada desde hace años y cuyos descendientes no quieren trabajar en el campo. No creo que trayendo más gente se solucione el problema. O la robótica entra en el campo reduciendo número de trabajadores y subiendo su sueldo, o llegará un momento que desaparecerá el sector. Además, tienen que especializarse porque una cosecha mal recolectada es mucho dinero perdido y falta formación.

A. Naranjo: No es que no haya gente que no quiera trabajar en el campo, sino que cada año hay menos gente que quiera trabajar, en general. En cuanto a la tecnificación, no la veo viable y lo digo por propia experiencia. Hicimos una importante inversión en robotizar líneas de trabajo para clasificar con visión artificial la fruta, automatizando procesos porque no teníamos suficiente personal, con un programa pionero en I+D. Sin embargo, la calidad no era la que esperaban nuestros clientes, que nos elegían por nuestro trabajo artesanal, por lo que tuvimos que quitarla. Avanzamos en muchas cosas, estamos 100% digitalizados, pero, al final, nosotros vendemos primor y un punto de madurez adecuado. Seguiremos con un problema de mano de obra.

M. Simón: Efectivamente la mano de obra es otro de los grandes problemas, especialista y no especialista. Falta personal y, a su vez, se nos encarece. Los incrementos continuados del SMI han obligado a subir todos los salarios y sus inter-distancias entre categorías profesionales. Un incremento de costes que debe repercutirse en el precio final del producto, simplemente por supervivencia de nuestros productores y centrales. Por otro lado, las exigencias normativas y la presión legislativa en nuestro gestor apuntan a un incremento de burocracia por carga administrativa que repercutirá de forma negativa en el sector. En definitiva, si no nos mata la falta de agua, nos ahogarán los costes y la burocracia. Esperemos disponer de la imaginación y la creatividad necesarias para seguir en esto que se nos da bien: la fruta de hueso.

J. López: No hay gente formada, ni siquiera carretilleros. Además, el sistema, concediendo subsidios, a veces desincentiva a los trabajadores. Estamos en un sector muy atractivo para trabajar, solo que habría que lanzar más cursos de formación, programas, etc. A corto plazo no vemos otra solución que traer personal de otros orígenes. Somos un sector al que deben cuidar porque, además de dar empleo, damos autonomía alimentaria a Europa y somos fundamentales en el cuidado del medio ambiente.

 

Joaquín Gómez, Apoexpa:
“Cada vez que sale una nueva normativa por parte de la Administración supone un incremento de costos”
“Solo reciclando el agua residual de Madrid se podrían solucionar muchos de los problemas de los agricultores”
“No hay gente para trabajar en el campo, o entra la robótica o desaparecerá el sector”

 

Hándicaps de la Ley de la Cadena para la fruta de hueso, según el sector:

  • La ley de la oferta y la demanda hace que a veces se tenga que comprar por debajo de coste este tipo de productos para poder sacar un importante volumen al mercado y la Ley de la cadena no lo permite, impidiendo su venta y, por tanto, arruinando agricultores que no logran dar salida a su producto.
  • Subir al sistema los contratos a tiempo real se hace imposible en un sector tan voluble en precios, que cambia por día e incluso horas, complicando el proceso burocrático y aumentando el coste de personal.
  • Solo se aplica en España, lo que resta competitividad frente a otros países productores, ya que el sector trabaja también a nivel internacional.
  • Las exigencias de pago a 30 días a proveedores cuando algunos envíos superan los 45.
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