815 toneladas de fruta de hueso se han exportado en un año en China
El valor de las exportaciones en estos doce meses ha alcanzado los 1,32 millones de euros, según los datos de FEPEX
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La exportación española de ciruela, melocotón y nectarina a China en 2016 se ha situado en 815 toneladas y 1,32 millones de euros, según los últimos datos hasta octubre de la Dirección General de Aduanas, procesados por FEPEX, mes en el que se dio por concluida la primera campaña de exportación de fruta de hueso española a China.
La exportación española de ciruela hasta octubre de 2016 ha sido de 779 toneladas por un valor de 1,21 millones de euros. La exportación de nectarina se ha situado en 22 toneladas por un valor de 51.074 euros y la de melocotón ha sido de 14 toneladas, por un valor de 65.582 euros.
España ha comenzado a exportar fruta de hueso a China el pasado verano, tras la firma de un Protocolo de exportación entre el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y las autoridades chinas, el 13 de abril de 2016, fruto de años de negociación, convirtiéndose España en el primer país del mundo autorizado a exporta melocotón a mercados chinos. Los primeros envíos comenzaron en el mes de julio, siendo los operadores de Extremadura y Murcia los que han gestionado la mayor parte de la exportación, estando coordinados por las asociaciones de Afruex y Apoexpa respectivamente.
La exportación total de frutas y hortalizas frescas españolas a China de enero a octubre de 2016 ascendió a 12.682 toneladas y 14,3 millones de euros, siendo los cítricos el principal producto enviado.
China es considerada como un mercado con potencial por el sector de fruta de hueso y para el sector hortofrutícola en general a pesar de las dificultades logísticas que plantea. Chile también ha negociado la exportación de fruta de hueso a China, estando previsto que realicen los primeros envíos durante los próximos meses, con periodos de producción no coincidentes con los españoles. Para FEPEX, el acceso a mercados no comunitarios, como China, es muy complejo, en especial por el largo proceso de negociación de protocolos específicos producto-país que exigen determinados países no europeos. Por eso se considera imprescindible una actuación conjunta de los Estados miembros con los mismos intereses ofensivos y más proactiva por parte de la Comisión Europea en la apertura de nuevos mercados.