2017: el año en el que le dimos la espalda al melón
Pero no solo a esta fruta, sino también a los cítricos, patata, tomate, manzana... un descendo en el consumo generalizado que preocupa al sector.
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El consumo de frutas y hortalizas frescas en los hogares sigue descendiendo en 2017, con un 3,4% menos, en el periodo de enero a noviembre en relación con los mismos meses de 2016, totalizando 7.155 millones de kilos y el gasto retrocedió un 0,4%, totalizando 10.497 millones de euros, según los datos del Panel del Consumo Alimentario del MAPAMA. Comparando noviembre de 2017 con el mismo mes de 2016, el consumo descendió un 3,5%, situándose en 599.930.000 kilos.
El retroceso del consumo en los hogares en los once primeros meses de 2017 respecto al mismo periodo de 2016 se ha producido tanto en frutas, como hortalizas y patata. La demanda de frutas retrocedió un 3,3%, totalizando 3.917 millones de kilos, con un gasto de 5.697 millones de euros (-0,9%). Se han producido descensos en las principales frutas consumidas en los hogares, como naranjas, con 735 millones de kilos (-5,3%), plátano, con 484 millones de kilos (-1,3%), manzana, con 418 millones de kilos (-4,6%), melón con 322 millones de kilos (-11,4%) o melocotón con 158 millones de kilos (-5,2%).
El consumo de hortalizas retrocedió un 4%, totalizando 2.346 millones de kilos, mientras que el gasto creció un 1,1%, totalizando 4.151 millones de euros. En hortalizas se mantiene la tendencia descendente en volumen mientras sube el valor. Así por ejemplo, el tomate cae un 6,3% en volumen con 552 millones de kilos y el valor crece un 2,8%, totalizando 874 millones de euros. Las coles suben en volumen y en valor.
Por su parte, la demanda de patatas en los hogares retrocedió un 1,9% en volumen y un 6,5% el gasto, totalizando 889 millones de kilos y 650 millones de euros.
El descenso continuado del consumo en los hogares es preocupante y contradictorio, según FEPEX, ya que las frutas y hortalizas frescas son los principales componentes de una dieta sana. Por ello, se considera prioritario reforzar la comunicación y no sólo en el ámbito educativo, buscando, además, la colaboración de las distintas administraciones implicadas, principalmente del ámbito sanitario, puesto que el mantenimiento de una dieta sana entre la población contribuye a la reducción del gasto sanitario.