Syngenta presenta las novedades en injertos de tomate
Ha reunido a 200 semilleristas y técnicos de todo el mundo en las jornadas celebradas en Almerimar (Almería).
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Las Jornadas Internacionales “Injertos en Tomate” han reunido en Almerimar (Almería) a cerca de 200 semillerístas de España, Francia, Australia, Holanda Italia, Grecia, Turquía, Marruecos, Sudáfrica, Israel o Uzbekistan para compartir dos días de conferencias y visitas a invernaderos en los que conocer las últimas innovaciones de Syngenta en semillas de portainjertos para el cultivo del tomate. El primer día estuvo centrado en diversas conferencias con ponentes del más alto nivel que analizaron las tendencias del mercado y los aspectos técnicos del uso de portainjertos.
Robert Renwick, director de Marketing de Syngenta para España y Portugal moderó la Jornada que fue inaugurada por Massimo Enzo, director global de Marketing para Cultivos Hortícolas de Syngenta, que destacó el fuerte crecimiento del uso de portainjertos en el cultivo de tomates y otros cultivos como los frutales, afirmando que este segmento del mercado va a pasar de facturar 370 millones de dólares a nivel mundial en 2013 hasta los 650 millones en 2018, siendo más del 50% de esa facturación injertos para tomate.
Según Massimo Enzo, “Cada vez se tiende a utilizar más la tecnología para mejorar la calidad y la rentabilidad de los cultivos, más en zonas de agricultura intensiva como Almería. En este sentido, el uso de portainjertos es la mejor alternativa para mejorar claramente la productividad y la calidad en cultivos como el tomate”. El director de Marketing para Hortícolas de Syngenta destacó que “la compañía está invirtiendo en I+D+i para conseguir tanto variedades de tomate adaptadas a su uso con portainjertos como a desarrollar portainjertos y modelos de negocio que den valor añadido al agricultor en el cultivo del tomate”.
Por su parte, Francisco Rodríguez Noguerón, director de Syngenta para cultivos Hortícolas en España y Portugal afirmó que “La agricultura intensiva ha dado ya el paso hacia la sostenibilidad y, en ese sentido, el desarrollo de portainjertos de la máxima calidad por parte de Syngenta encaja perfectamente en su estrategia denominada Good Growth Plan, que marca unos objetivos muy claros: lograr cultivos más eficientes, incrementar la productividad más de un 10% en cultivos hortícolas, desarrollar nuevas variedades, reducir el uso de insumos y ayudar a los agricultores a mejorar sus prácticas agronómicas”. Según Francisco Rodríguez, “las ventajas que aporta cada tipo de portainjertos se tienen que combinar de forma equilibrada con la variedad adecuada de tomate para que la suma de ambas tecnologías acabe multiplicando la producción y la calidad del cultivo. Según la variedad de tomate, nuestro tipo de suelo y las condiciones ambientales del invernadero, elegiremos el portainjerto más adecuado para obtener una combinación ganadora”. En este sentido Syngenta ofrece una amplia gama de portainjertos (Arbiore, Dohkko, Armstrong, Arnold y Kardia) que ofrecen un 95% de germinación, grosor, altura y uniformidad.
En esta primera jornada también se presentó la Certificación internacional GSPP (Good Seed Plant Practices) que ha obtenido Syngenta como productor de Semillas y portainjertos de alta calidad. Esta certificación es clave para los semilleros, ya que les asegura que la semilla que están comprando está certificada con los máximos estándares de calidad.
El segundo día estuvo dedicado a visitar el centro de I+D+i de Syngenta en El Ejido, para conocer las novedades comerciales y las últimas tecnologías de la compañía en portainjertos para tomate. Durante la visita, Rafael Salinas, responsable de Marketing de Solanáceas Syngenta comentó que “el uso de portainjertos en tomate está ya muy extendido en países como España, Marruecos u Holanda, mientras en otros países crece rápidamente su uso, como en Italia o Turquía, ya que los portainjertos son claves para dar al cultivo del tomate resistencias a estrés bióticos, como son las enfermedades del suelo, y soluciones al estrés abiótico, como son estrés por alta o bajas temperaturas o salinidad, mejorando la sostenibilidad del cultivo”.
Según Rafael Salinas, “las plantaciones de tomate con portainjertos aumentan su productividad, consiguen ciclos más largos y frutos con el calibre adecuado y la calidad esperada y permiten cultivar en zonas donde antes no se podía. En definitiva, los portainjertos aumentan la rentabilidad del cultivo del tomate”.