Nuevas variedades de melocotón más resistentes y estables en azúcares
El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) va a empezar a trabajar en la creación de nuevas variedades de Melocotón de Calanda con el fin de encontrar aquellas que sean más fuertes ante condiciones climatológicas adversas, que sean más estables en cuanto a contenido de azúcares y que den como resultado frutos con más firmeza sin perder calidad.
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El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) va a empezar a trabajar en la creación de nuevas variedades de Melocotón de Calanda con el fin de encontrar aquellas que sean más fuertes ante condiciones climatológicas adversas, que sean más estables en cuanto a contenido de azúcares y que den como resultado frutos con más firmeza sin perder calidad.
El programa de mejora del Melocotón de Calanda buscará estas variedades a partir de los cruzamientos de los clones ya existentes y que ya pasaron por su proceso de selección, según explicó ayer en Alcañiz José Manuel Alonso, investigador del CITA de Aragón y coordinador del Proyecto para la mejora del material vegetal, la tecnología de la producción, la calidad del fruto y la tecnología post-cosecha durante la presentación de sus resultados.
«Creemos que las nuevas variedades de melocotón de Calanda serán más estables ante las condiciones del clima, mejorarán la firmeza del fruto y tendrán más estabilizados los azúcares y el melocotón continuará siendo de calidad», comentó Alonso, poco antes de dar a conocer en la Oficina Delegada del Gobierno de Aragón los primeros resultados de este proyecto que primero fue financiado por el Plan Especial de Teruel y después por el Fondo de Inversiones de Teruel.
Ante un grupo de agricultores y técnicos, el coordinador del proyecto hizo hincapié en que uno de los objetivos del plan de mejora será que las nuevas variedades «tengan una mayor vida útil en el proceso de postcosecha», es decir, una vez que la fruta está en las cooperativas y ha de iniciar un viaje de cientos o miles de kilómetros hasta el mercado de destino.
El proyecto de mejora del melocotón de Calanda, según comentó Alonso, «se está iniciando», por lo que se necesita todavía tiempo antes de que las nuevas variedades puedan comercializarse. «Necesitamos tres o cuatro campañas para realizar una evaluación del fruto. Después hay que realizar la experimentación en condiciones comerciales y, finalmente, probarlas en distintas zonas de la Denominación de Origen para estudiar su comportamiento». En este sentido, Alonso subrayó que, antes de sacar al mercado una variedad, «esta ha de estar bien experimentada» y el equipo no tienen ninguna intención de aventurarse a comercializarla si no tiene la seguridad de que cumple con las exigencias buscadas.
El proyecto es, en palabras de su coordinador, «muy ambicioso», puesto que integra a tres equipos de trabajo (del CITA, del CSIC y de la Universidad de Zaragoza) que estudian por un lado la mejora del material vegetal, también de la productividad mediante la optimización de técnicas de cultivo, de las estrategias de abonado y, finalmente, se analizan algunos productos para la manipulación de la fruta en la postcosecha.
Tratamientos con calcio para mitigar defectos en la fruta
El científico y director de la estación experimental Aula Dei del CSIC, Jesús Val, coordina la parte del proyecto que busca mitigar las alteraciones fisiológicas del fruto que no tienen un origen biótico. Los resultados de esta investigación, que el científico inició para el Melocotón de Calanda en el año 2006, señalan que a través de tratamientos específicos con calcio se consigue eliminar o minorizar la cantidad o intensidad de las fisiopatías que puede tener el fruto.
Según Val, igual que el calcio es indispensable para la vida en todo el planeta Tierra, lo es, de la misma manera, para los frutales. Los tratamientos con los que se ha experimentado son externos, es decir, que su aplicación se realiza de manera foliar, puesto que las raíces del árbol «no captan el calcio de manera suficiente para equilibrar los desarreglos que puedan producirse».
Son tratamientos externos en el arbolado de tipo externo que tienen su complicación. «No es tan sencillo como sulfatar, porque esto lo sabe hacer cualquiera, sino que el calcio debe suministrarse con atomizador y con un tamaño de gota que sea lo más sencillo posible». El objetivo, añadió, es que «en el momento en que se aplique, hay que intentar que el calcio se quede adherido a la superficie del fruto con la intención de que cuando suba la humedad ambiental, el calcio pueda penetrar». Este procedimiento tiene una importancia determinante, dato que «la entrada del calcio no es inmediata», de ahí que haya que asegurar que quede adherido a la superficie» de la fruta.
Este tipo de tratamientos para evitar deformaciones del melocotón que a posteriori influyen en su calidad se realizan antes de la cosecha, pero en el caso del melocotón cuando la fruta todavía no se ha embolsado. El embolsado es un factor que complica los estudios para realizar estos tratamientos con calcio. No obstante, los investigadores creen que han conseguido buenos resultados a la hora de conocer el momento más adecuado para su aplicación en este frutal.
Las investigaciones de Val sobre esta cuestión´no se iniciaron para el manzano en el año 1996, y desde 2006 analiza el melocotonero.