Así por ejemplo, desde el inicio de su actividad inspectora y hasta el 1 de septiembre, ha incoado 141 expedientes sancionadores, de los cuales, 38 han concluido con una propuesta de sanción y han dado lugar a 210 multas, mientras que 74 expedientes están en fase de tramitación y otros 29 han sido archivados.
El 36 % de las sanciones propuestas (77 de las 210) corresponde al sector lácteo.
Desde el Departamento destacan la celeridad con la que AICA resuelve los expedientes, con una tramitación media de cinco meses, por debajo de lo que marca la propia legislación. También resalta el número de sanciones impuestas, ya que cada expediente conlleva con frecuencia varios incumplimientos de la ley de mejora de la cadena alimentaria.
Regulación necesaria
Pero no sólo hay inspección y sanciones. La AICA sigue apostando por la ordenación de los sectores y, en este sentido, ha comenzado a trabajar con la Asociación Interprofesional de la Avicultura de Carne de Pollo (Propollo) para atajar la crisis de precios que padecen.
La Agencia estudiará el funcionamiento de esta cadena de valor, caracterizada actualmente por unos precios en origen que no compensan los costes de producción.
A ello se une la falta de revalorización del producto por los bajos precios que marca la distribución, ya que suele usarse como “producto reclamo” y si algún supermercado hace una oferta “otros le siguen”, tal y como denuncia el sector avícola.
Más vigilancia, más control y mayor transparencia. Objetivos a los que está contribuyendo decididamente la AICA.