Las grandes firmas citrícolas españolas apuestan por las variedades protegidas
Grandes empresas citrícolas de la provincia de Castellón están comprando fincas de naranja, principalmente en el norte de la provincia y Tarragona.
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Las organizaciones agrarias ratifican esta práctica empresarial para diversificar negocio, mientras el presidente de la patronal provincial de los cítricos (Asociex), Jorge García, con su discreción habitual, admite que “no es descabellado” que algunos comercios, “que tienen que dedicarse a la exportación” de fruta, quieran “asegurarse una producción, una calidad”, además de seguridad en los tratamientos fitosanitarios, apostando por la “producción integrada”, más ecológica y que promueve Europa.
García no cree que sea “una práctica habitual” en el sector, y desde las organizaciones agrarias especifican que son “cinco o seis empresarios fuertes, muy concretos”, que “acaparan alrededor de tres o cuatro fincas cada uno al año”, indica el secretario técnico de Fepac-Asaja, Doménec Nàcher. El responsable de cítricos de la Unió, José Ramón Urbán, reconoce que “todos los años” tiene conocimiento de “alguna compra” porque los empresarios “buscan asegurarse clementina de calidad, lo que pide el mercado”.
García apunta que las compras no se producen porque la producción “sea una cosa rentable”, sino porque de esta manera las empresas “se garantizan unas variedades” diferentes a la clemenules, que, a pesar de ser la clementina más apreciada mundialmente, es la que menor precio tiene, dada la superproducción actual.
En este sentido, el agricultor de Vinaròs Juan Carlos Gil destaca que las compras por parte de los comercios privados llegan después de “exprimir” a los productores: “Están esperando a que nos arruinemos para comprar las fincas y acaparar la producción sobre nuestras costillas”.
Esta es la alternativa al abandono de los huertos, algo que va a más en los pequeños campos, donde no se puede reducir costes al mecanizar el trabajo.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com / Freshplaza