Las cooperativas catalanas impulsarán alianzas con operadores de otras CCAA
Ramón Sarroca asume la presidencia de la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) con el reto de impulsar alianzas estratégicas para la concentración de la oferta y venta en común entre empresas de la misma región y también de éstas con operadores de Aragón, Valencia, Baleares o Andalucía.
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La concentración de la oferta será una de las prioridades del nuevo presidente de FCAC -sustituye a Josep Pere Colat-, que asume este cargo en un momento crucial para el campo catalán, de cara a la aplicación de la nueva Política Agraria Común (PAC) -y la distribución de sus ayudas entre sectores-, y del diseño del Plan de Desarrollo Rural (PDR) regional hasta 2020.
«Tenemos que hacer un análisis interno del cooperativismo catalán para decidir en qué sectores tenemos la posibilidad de concentrar la oferta», ha puntualizado el presidente de esta Federación de cooperativas, que adhiere a empresas agroalimentarias que facturan 1.500 millones de euros, y a más de 37.000 cooperativistas.
Ha recordado que la Generalitat ya había impulsado un plan de modernización y de apoyo a la fusión de cooperativas, que en su opinión debe servir de «germen» para impulsar aún más la concentración de la oferta para la comercialización en común.
En este sentido, se abren nuevas posibilidades para unir a cooperativas de varias comunidades autónomas con ayudas del Plan de Desarrollo Rural nacional -según recoge la reciente ley de fomento de la fusión de cooperativas y otras entidades asociativas impulsada por el Gobierno (Magrama)-, camino que Sarroca anima a explorar.
«No sé si serían fusiones (propiamente dichas), porque fusionar es un palabra que entra en los sentimientos de cada cooperativa, cada pueblo y cada territorio, pero sí serían acuerdos para la comercialización» agroalimentaria, ha apostillado el presidente.
«Será mi máxima prioridad», al frente de FCAC, «empezar el diálogo con las comunidades vecinas, como Aragón, que es con quien mayores sinergias compartimos, Comunidad Valenciana o incluso Baleares» para abordar estas alianzas estratégicas, ha apuntado.
Ha subrayado que hay sectores más concentrados que otros en Cataluña, pero el punto de partida para seguir creciendo es bueno porque esta Comunidad cuenta con cooperativas «muy potentes» que aglutinan a un gran número de operadores, como ocurre con los piensos, la carne porcina, las frutas, el arroz o los frutos secos.
En cítricos, en menor cuantía, pero «podemos aprovechar sinergias con otras comunidades autónomas como la valenciana», ha añadido.
Entre las «armas útiles» con las que cuentan las cooperativas catalanas para relanzar la concentración de la oferta, el presidente ha recordado que operadores cárnicos han ido desarrollando acuerdos con otros españoles y, lo mismo ha ocurrido en el segmento de las frutas, donde hay contactos comerciales entre firmas de Cataluña con otras compañías de Murcia, Almería, Sevilla, Huelva o Extremadura.
«Ya tenemos mucho trabajo hecho; se ha recorrido bastante camino», que ahora Fcac quiere empujar de forma decidida, aprovechando todas estas sinergias comerciales supra-autonómicas.
«Solo hace falta ganas de entablar diálogo, buscar el entendimiento y analizar las cosas muy objetivamente para, entre todos, sacar provecho común de todo lo que tenemos sobre la mesa (alianzas comerciales y ayudas públicas)», ha remarcado.
Preguntado si las cooperativas temen que algún condicionante político en Cataluña pueda frenar las fusiones, Sarroca ha afirmado que «yo creo que no tiene que haber ningún problema» y más aún, «los políticos, ellos sabrán lo que hacen y el pensamiento que tienen».
«Nosotros somos agricultores, nuestras empresas necesitan de decisiones importantes para afrontar los mercados ya consolidados y los emergentes, que están en la otra punta del mundo. Estamos por encima de los problemas que puedan tener los políticos en sus parlamentos», ha asegurado en la misma entrevista con Efeagro.
Además, «en las cooperativas catalanas no ha entrado el debate soberanista ni independentista», ya que estas empresas están más preocupadas en afrontar los mercados mundiales, dar mejores liquidaciones a los agricultores socios o mejorar las rentas en el medio rural; en la viabilidad de estas compañías, en definitiva.
«Lo demás es secundario», concluye.