La UCCL reclama unos precios dignos para la patata de consumo
Durante la celebración del pasado martes de la asamblea de cultivadores de patatas en Tordesillas, se informó a los asistentes, que la superficie del cultivo de patata en Castilla y León sólo se ha incrementado con respecto a la campaña anterior en 26 hectáreas.
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UCCL celebró el pasado martes una asamblea de cultivadores de patata en Tordesillas donde se informó a los asistentes de la situación del sector. A fecha de hoy se está comercializando a precios muy bajos el remante final de patatas de la zona sur que abastece los mercados nacionales y esto está bloqueando el arranque en las zonas productoras de Castilla y León; cuando finalicen las operaciones del sur y comience el arranque de forma generalizada en Castilla y León debería incrementarse el precio del producto por la mayor calidad del mismo.
La superficie cultivada de patatas en la presente campaña en Castilla y León es de 20.262 hectáreas incrementándose únicamente 26 hectáreas con respecto a la campaña anterior que fueron 20.236 hectáreas. En 2014 ha habido un aumento de más de 1.000 hectáreas del cultivo de patatas de industria lo que significa que hay menos superficie de patata para el consumo fresco con respecto al año anterior. El cultivador de patatas ha mantenido prácticamente constante la siembra de patatas en un cultivo que soporta unos costes de producción que rondan los 6.000 €/hectárea.
Si cuando se inicie la recolección de forma generalizada no se produce un incremento del precio de la patata se debe achacar a la manipulación del producto por parte de la distribución en un sector desorganizado donde la Administración no ha sabido resolver esta situación pese a la campaña de imagen realizada con el plan estratégico del sector.
Los consumidores están pagando unos precios por la patata que dan margen suficiente para que todos los eslabones de la cadena tengan una rentabilidad adecuada. Si el precio que percibe el productor de la patata no es suficiente para cubrir los costes de producción y tener una minima rentabilidad UCCL realizará acciones reivindicativas ante la distribución y la Administración.
Un precio justo por el kilo de patata, y por cualquier alimento, debería ser inherente a toda cadena de distribución. Todos deberían tener interés por el bien común (productores, distribuidores, tiendas y consumidores). Pero por desgracia no es así. Los consumidores, y achacado a una falta de educación alimentaria y baja renta media, demanda alimentos baratos, y por ende, con unos valores alrededor, cuando menos, pobres. La distribución tiene el control de precios hacia arriba y hacia abajo, presionando al resto de participante en el juego a reducir infinitamente los márgenes, ya de por si bajos en el sector de la alimentación.
Es necesario cambiar la dinámica, apostar por productos justos, con lo que ganamos todos.