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Francisco Egea, Cátedra Cajamar: «El sector agroalimentario se dirige hacia una bioeconomía circular»

Francisco Javier Egea González, director de la Cátedra Cajamar de Bioeconomía Circular de la Universidad de Almería.

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Paco Egea habla sobre bioeconomía circular

Los acontecimientos de los últimos años han puesto a prueba la resiliencia de la industria agroalimentaria europea, que ha sido capaz de sostener la seguridad alimentaria de la zona. El Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA) establece la sostenibilidad integral de todos los sectores en sus tres vertientes, económica, social y ambiental como un requisito (en realidad se trata más bien de una cuestión de ser o no ser, de existir o desaparecer).

Una particularidad de la industria agroalimentaria es su dependencia de la producción primaria. Prueba de ello es el aumento de precios en los alimentos derivado fundamentalmente de la escasez de oferta, que puede suponer un riesgo para el acceso a alimentos de ciertos sectores de población más desfavorecidos.

Ante este desafío solo cabe una perspectiva “darwiniana” de la sostenibilidad, esto es, la capacidad de la industria de evolucionar incorporando innovación basada en investigación y desarrollo. En mi opinión, es necesario avanzar en tres direcciones fundamentales: (I) la adaptación a un clima que afecta a la producción, con episodios de sequía y aumento de temperaturas que afectan al ciclo biológico de las plantas, los animales y la biodiversidad, también influyen en la aparición de nuevas plagas y enfermedades; (II) la reducción de la dependencia de la industria de insumos no renovables y finitos que incrementan los costes de producción y logística; (III) el mantenimiento de los servicios ecosistémicos, responsables en primer término de la producción de alimentos.

Para afrontar esos tres retos, la industria agroalimentaria cuenta con herramientas que apuntan hacia una garantía de su sostenibilidad integral:

  • Las Nuevas Tecnologías Genéticas (NTG) están demostrando su enorme capacidad para obtener variedades adaptadas a distintos escenarios climáticos, de estrés hídrico, salino, temperaturas extremas, así como también su aplicabilidad a combatir plagas y enfermedades, consiguiendo optimizar la producción minimizando insumos.

La industria agroalimentaria está en disposición de liderar una transición del concepto de producción sostenible

  • La bioeconomía circular como mitigación del cambio climático, incorporando bio-insumos renovables, biofertilizantes, biomateriales y bioenergía, reduciendo residuos y facilitando una diversificación de los modelos productivos.
  • Junto a ello, la incorporación de la digitalización a la gestión de las cadenas de valor, que permiten la reducción del desperdicio alimentario y la gestión eficiente de biomasa como materia prima.
  • Por último, es una buena noticia observar cómo la industria agroalimentaria en particular, incorpora cada vez más como responsabilidad social, la inversión en naturaleza, la compensación de huellas ambientales e impacto sobre la biodiversidad, diferenciando así la calidad del producto europeo, cuyo análisis de ciclo de vida evidencie que la industria devuelve a la naturaleza lo que esta provee en forma de servicios ecosistémicos y fortalece a su vez la cohesión territorial y social.

En definitiva, con su capacidad de adaptación, la industria agroalimentaria está en disposición de liderar una transición del concepto extractivo de la producción hacia una bioeconomía circular que minimice impactos negativos en el entorno y respete los límites ecológicos de los agroecosistemas.

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