COAG reclama ayudas del Estado ante la grave crisis de precios del sector
Veto ruso, condiciones climáticas adversas y competencia desleal de terceros países han provocado el hundimiento de los precios por debajo del umbral de la rentabilidad.
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La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha reclamado esta mañana en rueda de prensa en Sevilla un paquete de medidas de apoyo para los productores de frutas y hortalizas ante las graves dificultades que están atravesando. El responsable estatal, Andrés Góngora, ha explicado que este sector necesita precio «porque vive y quiere seguir viviendo del mercado. Hemos hecho un gran esfuerzo por la calidad, hemos conquistado el mercado, pero no nos lo pagan. Las cadenas quieren nuestros productos, pero los quieren baratos, con la connivencia de las autoridades. Hay estrategias para marcar precios a la baja pero nadie lo investiga. La Comisión Nacional de Mercados y Competencia mira para otro lado».
En ese sentido, el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, ha apuntado que «frente a la tendencia hacia la desregulación de la UE, eliminando mecanismos o haciéndolos inútiles, nuestro gobierno debe considerar al sector agrario una cuestión de estado, como ocurre en otros países». Andrés Góngora ha explicado que ese apoyo podría articularse a través de las ayudas de Estado o mediante ayudas de minimis, con fondos estales y autonómicos, consistentes en:
– Refinanciación de la deuda que, a día de hoy, tienen contraída los productores tanto de carácter hipotecario, por la adquisición y mejora de sus explotaciones, como por sus necesidades de circulante de las últimas campañas. Se trataría de una moratoria de dos años para los vencimientos de capital e intereses de dichos créditos, así como para los nuevos intereses generados con cargo integro a las ayudas de estado o minimis.
– Establecimiento de nuevos créditos (ICO) destinados a proporcionar liquidez y capital circulante a las explotaciones para poder hacer frente a la nueva campaña agrícola. Dichos créditos podrían alcanzar un principal máximo de 75.000€ por beneficiario con un periodo de amortización de cinco años, incluyendo un año inicial de carencia. La bonificación de los intereses recaería en las ayudas de estado o minimis.
«Este sector, que no tiene ayudas, necesita financiación, no que nos lleven al matadero con las entidades financieras», exige Góngora.
La difícil situación que atraviesan las frutas y hortalizas tiene su origen en causas diversas, que abarcan tanto variables meteorológicas como otras de carácter político o económico. El embargo ruso sobre la exportación de productos agrícolas de la UE ha tenido un efecto muy notable en el sector español de las frutas y hortalizas en las últimas campañas. A ello se unen las graves dificultades que están afectando a los productores durante la presente y pasadas campañas, derivadas de múltiples factores, entre los que destacan: las irregulares condiciones climáticas; la competencia planteada por las importaciones incontroladas procedentes de terceros países y por el aumento de la producción y mayor coincidencia de calendarios de producción con otros países competidores de la UE, o las consecuencias del veto de Rusia a determinados productos hortofrutícolas de Turquía.
El pasado 14 de marzo la Comisión Europea, en el marco del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, reconoció la situación de crisis de rentabilidad que padece el sector de las frutas y hortalizas europeas y anunció que dará su plena consideración a una aceptación temporal en el incremento del límite máximo de las ayudas estatales de los Estados miembro hasta un valor de 15.000 € por agricultor y año, eliminando además el límite máximo nacional para este tipo de ayudas.
«Muchos productos han registrado los precios más bajos en los últimos años y en algunos casos los precios más bajos en la última década. Por ejemplo, este invierno se han producido serios problemas en hortalizas de invernadero y hortalizas al aire libre o las últimas campañas de fruta de hueso y fruta de pepita han estado por debajo de los parámetros de rentabilidad», ha subrayado Góngora.
Las medidas dispuestas a través de reglamentos comunitarios para paliar el bloqueo de los envíos a Rusia no han tenido impacto sobre la rentabilidad de los productores porque su diseño es ineficiente y porque han sido escasamente utilizadas por parte de las empresas de comercialización en origen, debido a la presión que ejerce sobre ellas la distribución comercial. Dichas comercializadoras en origen acaban mandando todo el producto al mercado, incluso sin asegurar un precio al productor. Por otro lado, los sistemas de prevención y gestión de crisis en el sector resultan del todo ineficaces y no sirven para revertir problemas de bajos precios en el mercado y, por tanto, para mantener la rentabilidad final de los agricultores de frutas y hortalizas.
«Lo que plantea la UE es un insulto a la inteligencia. Prolongar las medidas contra el veto ruso no es la solución, aunque se aumente algo el precio de retirada o se incorporen nuevos productos como el caqui o la granada. El problema va más allá. Esto es una crisis estructural y necesitamos herramientas efectivas», apunta Góngora. Y añade: «Ahora comienza la campaña de la renta y a pesar de la crisis vendrá a recaudar en el sector. Hace meses que presentamos un informe para la revisión de los módulos y todavía no han contestado», concluye.