La lucha por la supervivencia
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Estamos de vuelta de las vacaciones pero con un buen sabor de boca y unas experiencias que no olvidaremos nunca.
No se preocupen, no voy a entrar en detalles, ya que no sería interesante para nadie, pero sí voy a hablar de dónde he estado.
Este año, mi familia y yo optamos por lo nacional y siempre había oído hablar a los productores del Plátano de Canarias de la Isla de La Palma, “la Isla Bonita”, y decidimos que ese sería nuestro destino.
Cuando llegas a la isla, no puedes ni imaginar de lo que vas a ser testigo, íbamos con mucha información sobre el papel, pero esta isla adquiere una dimensión que es difícil de describir en todos los aspectos.
Creo que lo más palpable cuando te adentras en sus pueblos y paisajes es la lucha por la supervivencia de la vegetación en una orografía muy complicada; en los sitios más inhóspitos crecen árboles enormes y puedes llegar a ver zonas que son como la selva, pero al mismo tiempo en los volcanes puedes apreciar que existen especies que sobreviven a un paisaje de piedras y lava en los que no entiendes que haya un solo ser vivo.
Pero esta lucha por la supervivencia es inherente también a sus ciudadanos, gente tranquila y hospitalaria, dedicadas principalmente al cultivo del plátano Canario. No te puedes abstraer de ellos, están donde menos te lo esperas, en cualquier paisaje surgen los bancales con las plantaciones, con un cultivo muy profesionalizado y cuidado. Pero cuando ves donde están situados, en la mayoría de los casos en zonas muy difíciles de acceder, piensas en la lucha que estos agricultores tienen y han tenido para desarrollar este cultivo, una lucha titánica contra la naturaleza, ves las canalizaciones de agua, que van por toda la montaña y bajan hasta los pueblos o la balsas situadas en medio de las plantaciones.
El acceso a estos cultivos es complicado y su recolección, todavía debe ser más increíble, ya que su gente muy preparada transportan las piñas de plátanos hasta los camiones, a través de caminos a veces inaccesibles. Hay que verlo para poder creerlo. Luchar contra la naturaleza, eso es lo que los agricultores hacen cada día para que los consumidores puedan tener sus plátanos en los lineales de los supermercados. A partir de ahora, para mi familia el plátano canario ya no significa una fruta más, es el esfuerzo de todo el pueblo canario para mantener un cultivo que es su única forma de vida. Si tienen la oportunidad, vayan a visitarla.
Creo que no es luchar contra la naturaleza para nada, es convivir con ella, escucharla, sentirla … y servirse de ella, si no por qué estarían allí… ? Por supusto, sin dejar de reconocer que es un duro trabajo.
Estoy de acuerdo contigo, pero cuando hablo de lucha contra la naturaleza no me refiero a ir contra ella si no a adaptarse, como bien dices tu. Gracias por tu comentario