Bionest apostará por variedades de fresas con más sabor y aroma
Bionest como el resto de las empresas productoras de fresa de la provincia de Huelva ha sentido el resbalón de los mercados durante esta campaña. La producción en campo ha sido buena pero la bajada de precios en los mercados ha hecho que durante semanas se vendiera por debajo de los costes de producción, lo que ha teñido de números rojos el balance final de campaña.
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Esta empresa, Bionest, que se encuentra en el corazón de Doñana en el término municipal de Almonte, en la carretera hacia la aldea de El Rocío, se dedica a la producción ecológica de fresa, frambuesa, arándano y mora.
El gerente de Bionest, Juan Soltero, tiene claro que el sector tiene que autoregularse más que pedir ayuda a las administraciones públicas. A su juicio, algunas de las claves del fruto son el sabor y olor de la fruta y no superar el techo de producción. Por su parte, en la próxima plantación de fresa, fruto que representa la mitad de la producción total de Bionest, va a hacer una apuesta firme por variedades que sobresalen por el sabor y el olor frente a otras cualidades.
Es consciente de que esto significará reducir el rendimiento por planta, reto al que está acostumbrado porque ya la producción ecológica significa obtener un 30% menos de producción, generalmente, “todo depende de que el mercado reconozca ese esfuerzo y lo pague”, explica el empresario. Personalmente, añade, está convencido de que “con la fresa pasa como con el tomate; la gente cuando lo come quiere que sepa a fresa, que huela a fresa y que no se quede sólo en la apariencia”. Sin embargo, “esta cuestión no se puede hacer a locas, necesita de estudios de mercado pertinentes para ir trabajando en la línea correcta” pues el valor tendía que ser como un 30% por encima del actual.
No es la primera vez que el sector fresero tiene que reaccionar ante el revés de los mercados, de hecho hace años la diversificación de la producción hacia otros berries como la mora, el arándano o la frambuesa empezó por una crisis similar. Desde su experiencia empresarial, Juan Soltero apunta que la caída del consumo de berries se venía detectando en los últimos años, aunque no ha sido hasta este invierno-primavera cuando han coincidido varios factores y el precio ha caído en picado al final de la campaña con respecto a años anteriores. “Si queremos incrementar el consumo tenemos que buscar el incentivo”, advierte.
Para afrontar el futuro, el gerente de Bionest cree que el sector onubense debe unir fuerzas y buscar soluciones conjuntas sobre todo a la hora de determinar el techo de la superficie de cultivo. Considera que con más de 6.000 hectáreas de cultivo los mercados se saturan, que es lo que ha ocurrido en los últimos. “Muchos parados de los pueblos productores, gente procedente de la agrícultura que se había pasado a la construcción, han vuelto a poner en producción esas 2-3 hectáreas familiares que hasta ahora estaban abandonadas. Ahora puede haber mil o mil y pico de hectáreas más en producción”, comenta.
Con este panorama, Bionest tiene ya decidido que para la próxima campaña incorporará variedades que sobresalgan por el sabor y el olor, que se irán probando para ver cómo funcionan y cuál es la respuesta de los mercados. Incluso estudia la posibilidad de introducir alguna variedad inglesa para ver cómo se comporta.
Esta caída de precios en esta campaña ha hecho que este año el 35% de la fresa de Bionest se haya retirado hacia la industria, que a su vez también ha reaccionado ante este exceso de fruta “marcando precios que han sido los más bajos que recuerdo de 0,20 euros/kilo frente a los 0,30 que se venían pagando”, asegura el gerente de la empresa.
Frente a lo ocurrido con la fresa, la campaña de frambuesa se ha desarrollado con normalidad, así como la de arándano y mora. “De forma razonable”, concreta Juan Soltero.
Bionest produce de forma anual entre 9.000 y 11.000 toneladas de fruta, de las que el 50% son de fresa, el 25% de arándano, el 20% de frambuesa y el 5% de mora. El 85% de su mercancía va con destino a la exportación, en su mayor parte a países de la UE, aunque también se ha abierto otros mercados extraeuropeos en algunos países del Este de Europa y de Oriente Próximo.
Fuente: Agrodiariohuelva