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Una campaña para olvidar. FRUTA DE HUESO Y DE PEPITA

Durante mucho tiempo se recordará el ejercicio 2014 en fruta de hueso y de pepita como un difícil año, donde el veto ruso no hizo sino acrecentar la crisis que ya vivía el sector español.

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La campaña 2014 se presentaba para la fruta de hueso y de pepita española con buenas perspectivas. Se había registrado una correcta floración, recuperándose los volúmenes perdidos en algunas especies la campaña anterior, presentándose la fruta con una excelente calidad.

Pero esta situación que se antojaba esperanzadora se volvió del sector, pues esa misma bonanza se registraba en otros países europeos. Y así comenzó la comercialización, con dos semanas de antelación, llegando producto a la distribución cuando aún no habían realizado sus programaciones y los volúmenes demandados por los consumidores eran escasos pus las temperaturas no invitaban aún a comprar estas frutas de «verano». Como consecuencia, los mercados se saturaron. «Las ventas se producían, pero a costa de bajar los precios», apunta Manel Simón, director general de Afrucat.

En Francia, algunos sindicatos, con más rabia que argumentos contrastados, se cebaron con los productores españoles, volcando camiones en las fronteras. Nos acusaban de dumping, sin percatarse de que era la propia distribución quien estaba imponiendo esos precios ruinosos.

Tardaron las administraciones europeas casi un mes en adoptar medidas extraordinarias ante la ineficacia de las actuales herramientas de gestión y prevención de crisis que contempla la OCM. Medidas que a juicio del propio sector español llegaron tarde y eran insuficientes, pues solo contemplaba la posibilidad de destinar 13.500 Tn de melocotón y nectarina a zumo para beneficiencia, descartando la posibilidad de subvencionar su destrucción o simplemente la no recolección.

A pesar de esto, el sector aplaudió esta medida, confiando en que sirviera de lección para evitar futuras situaciones similares, y confiando en que permitiría agilizar el mercado y recuperar los precios.

 

El veto ruso, la puntilla

Pero llegó agosto, y con él el poder de Rusia, que ante las amenazas de la UE por su participación en el conflicto con Ucrania, golpeó uno de los sectores que sustenta en estos momentos la economía de la zona Euro, el agroalimentario, cerrando sus fronteras para productos como los hortofrutícolas, lácteos y carnes. Un nuevo mazazo para la fruta de hueso y de pepita, pues el veto ruso provocó que toda la producción de España, Italia, Francia y Grecia tuviese cómo único destino Europa, teniendo que absorber una producción que se presentaba con notables incrementos en volúmenes (11% en melocotón y nectarina, 26% en albaricoque).

 

Como consecuencia de todo este clima, cayeron las exportaciones españolas y el valor de las mismas. (Ver gráficas)

 

 

Pera y manzana

Estas dos frutas no arrancaban su campaña con los antecedentes de la fruta de hueso, pero el veto ruso también les ha tocado de lleno, de ahí que fueran incluidas en el segundo reglamento que adoptó la UE con medidas extraordinarias por ese cierre de fronteras. Y es que los grandes productores europeos de manzana, como Italia y Francia, han visto como Polonia ha tenido que redirigir toda su comercialización hacia Europa occidental, sumando por tanto competidores y productos en los mercados. Como punto positivo, Turquía, sin restricciones rusas, se ha centrado en abastecer las necesidades de aquel mercado. dejando de lado a Europa.

No podemos afirmar que toda esta situación internacional haya beneficiado a la manzana y pera española, pero sí comenzamos a ver, tímidamente, un fenómeno que siempre ha brillado por su ausencia en nuestro país. Quizás porque están cansados de ser siempre acusados como los responsables de todos los males del sector agrícola, la distribución sobre todo la regional, está mirando a sus producciones más próximas, las cercanas, presentándolas con ese valor añadido que da ser producto español, ayudados por una mayor conciencia hacia la reducción de la huella de carbono.

 

Retos

En el caso de la pera y la manzana, se hace necesario trabajar por una contención de costes, pues estos han subido considerablemente en los últimos años y los precios de venta, debido a la sobreoferta que hay, no permiten cubrirlos. Apostar, además, por una mayor dimensión de las explotaciones y concentrar la oferta de tal forma que un mismo proveedor pueda cubrir las demandas del cliente, durante todo el año, con un producto de calidad, son algunas de las alternativas que tiene el sector de la fruta de pepita para poder estar a la altura de nuestros competidores italianos y franceses.

En el caso de la fruta de hueso, la crisis de este verano debe servir como ejemplo, no sólo para el sector sino también para la administración. Por un lado es necesario, igualmente, avanzar en una mayor ordenación de la oferta, que evite la saturación del mercado y la estacionalidad, para que posibles adelantos de la campaña no generen situaciones de crisis como las de esta campaña. Y por otro, es vital trabajar en la apertura de nuevos destinos pues nuestra fruta, por sus propias cualidades y por todo el trabajo de I+D en postcosecha que se está realizando, permite exportarse a mercados muy lejanos. En julio, agentes chinos visitaron nuestro país con la firme intención de comenzar a elaborar un protocolo para la exportación a su país. La administración española debe en este caso, y en otros tantos, jugar un papel decisivo, favoreciendo y presionando para que esos protocolos sean reales y económicamente viables.

 

 

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