El melón y sandía Caramelo se hacen un hueco como fruta de calidad. HORTIMÁN

Hace tiempo que decidieron apostar por un tipo de melón cuya principal característica fuera su encanto al paladar. En honor a la verdad, últimamente está costando más trabajo encontrar la variedad adecuada. Y es que antes una semilla se mantenía durante años en el mercado con niveles de calidad interesantes, sin embargo hoy en día tienen un periodo de vida muy corto y, en 3 o cuatro campañas, han bajado su calidad.
“Supongo que esta inquietud existe en las casas productoras, y están trabajando para que, una vez conseguida una semilla de calidad, esta perdure en el tiempo”, nos comenta Tomás Ortiz, responsable de cultivos de SAT Hortimán.

Si tenemos en cuenta su razón de ser, que no es otra que la de satisfacer el paladar del consumidor, podemos deducir la dificultad que tienen para lograr aumentos espectaculares de la producción. Se hace preciso tener la certeza de la buena comida de su melón para no tirar por la borda el prestigio conseguido.

En las últimas  campañas la sandía  Caramelo ha crecido  de forma considerable

La aventura se está ampliando también a la sandía y, en las últimas temporadas, la sandía Caramelo ha crecido considerablemente. En este aspecto, y en defensa del trabajo de las casas de semillas, Valentín Ramírez, responsable de distribución y venta, considera que sí está manteniéndose un nivel de calidad muy aceptable: “Toda la fruta que comercializamos es negra sin pepita también con la marca Caramelo. El consumo de sandía se confirma en crecimiento, aunque en ello tienen mucho que decir las altas temperaturas de las que estamos siendo testigos en las últimas temporadas, hablo por supuesto en el consumo nacional, ya que, en cuanto a la exportación, es nuestra asignatura pendiente”.