Así fue como lo vivieron en Peris:
12:30 h — Foios. Central de I gama.
Nuestra división de I gama empieza su actividad muy temprano y solemos terminar cerca del mediodía. Esto nos permitió que, cuando a eso de las 12:30 h se fue la luz, la mayoría de los pedidos estuviesen ya completados. Incluso sin electricidad, conseguimos terminar todo el trabajo pendiente.
También logramos cargar los envíos hacia los distintos mercados de abastos y supermercados, salvo en el caso de tres superficies comerciales cuyos camiones no pudieron llegar a tiempo, y sus productos quedaron a la espera.
La estructura de nuestra nave, con grandes luminarias en el techo, jugó a nuestro favor: aun sin luz artificial, la claridad natural nos permitió seguir trabajando. Nos volcamos entonces en tareas analógicas, como la tría de calabaza. Nuestros triadores seleccionaron a mano las calabazas, clasificándolas por categoría de tamaño y calidad. ¡Ventajas de mantener vivos los procesos tradicionales!
12:30 h — Albuixech. Central de IV gama.
En IV gama, la situación fue más crítica: aquí todo depende de la automatización. Si bien el pelado y troceado de fruta lo realizan manos expertas en sala blanca, las cintas transportadoras, los sistemas de sellado, etiquetado y, sobre todo, las cámaras de frío, funcionan de forma automática. Sin electricidad, tuvimos que parar de inmediato.
Activamos el protocolo de evacuación, que se llevó a cabo con eficacia y coordinación ejemplar. Después, trasladamos todo el producto a las cámaras de conservación, que permanecieron cerradas para mantener el frío interno el mayor tiempo posible. ¡Y funcionó! Cuando recuperamos el suministro, la temperatura en las cámaras se mantenía entre los 6 y 8 °C, lo que permitió salvar toda la producción.
El equipo de mantenimiento desconectó todos los sistemas para evitar daños por posibles sobrecargas. Se mantuvieron en guardia todo el día, listos para rearmar los equipos en cuanto fuera posible. Finalmente, cerca de las 22:30 – 23:00 h, la luz regresó y los equipos se reactivaron sin incidencias.
El día después: volvemos a la normalidad (casi)
Hoy, la situación ha vuelto casi a la normalidad. A estas horas (9 de la mañana) las comunicaciones siguen fallando y hay problemas de acceso para parte del personal, porque muchos dependen de trenes y metro, servicios que aún siguen afectados.
Pese a todo, hemos superado este reto gracias a la organización, a la capacidad de reacción de todos los equipos y, sobre todo, a la colaboración ejemplar de cada una de las personas que forman Peris.
Una vez más, hemos demostrado que, incluso en los momentos más complicados, el compromiso y el trabajo en equipo marcan la diferencia.
Nos gustaría añadir algo más.
Esta experiencia también pone sobre la mesa una realidad que las empresas conocemos bien: ante emergencias como ésta, somos nosotros quienes debemos actuar con rapidez, proteger a nuestros equipos, salvaguardar el producto y asumir los costes derivados.
Aunque entendemos que forman parte de nuestra responsabilidad, no deja de resultar frustrante comprobar que en la mayoría de las ocasiones, veremos si también en ésta, debemos ser autosuficientes y salir adelante sin esperar demasiado (o incluso nada) a cambio.