“Estamos sumamente felices”. Con esa frase resume María Gabriela Pérez a Revista Mercados la reciente publicación en el Diario Oficial de la UE del reglamento que registra como nueva Indicación Geográfica Protegida (IGP) el “Aguacate de Canarias”. Los aguacates amparados bajo esta IGP son cultivados en el archipiélago de las Islas Canarias (La Palma, Tenerife, La Gomera, El Hierro y Gran Canaria) y están destinados al consumo en estado fresco tras su acondicionamiento y envasado.
Este reconocimiento establece que podrán ostentar la marca ‘Aguacate de Canarias’ las producciones obtenidas con los requisitos de la IGP y debidamente certificadas en los estándares establecidos por el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), el organismo adscrito a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria y con competencia en materia de sellos de calidad alimentaria.
Como autoridad responsable, el ICCA ha tramitado la inscripción solicitada por los productores a través de ASGUACAN, integrada por Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) que comercializan esta producción en el archipiélago, y ejercerá el control del cumplimiento de los requisitos.
Las variedades incluidas en esta denominación son: Hass, Fuerte, Orotava, Pinkerton, Reed y Carmen, cada una con características físicas, químicas y organolépticas diferenciadas.
La directora-gerente de ASGUACAN, Asociación de Organizaciones de Productores de Aguacates de Canarias, explica que conseguir la IGP era uno de sus fines constitutivos y una demanda de los productores desde hace casi una década. “En 2021 empezamos este camino y con la concesión, ahora viene el trabajo más significativo, que es implementarla y comenzar a coordinarnos con los productores”. Además, señala que el sector todavía tiene que tomar la decisión de si el sello “se destinará para el mercado interior, el exterior, o ambos”.
Distinción
Con casi 2.500 hectáreas de cultivo y una producción que ronda las 14,5 toneladas, que se consumen preferentemente en el mercado interior, el aumento de las plantaciones en los últimos años ha impulsado la necesidad de exportar hacia la Península.
Ante la competencia de otros orígenes como Perú, Chile, Colombia o Israel, la obtención de la IGP permitirá al aguacate canario diferenciarse con una estrategia “donde vamos a competir en calidad, no en volúmenes”, destaca María Gabriela, resaltando la “calidad diferenciada y el sabor tan rico” debido a la influencia de los suelos volcánicos y del clima que propicia una lenta maduración del fruto en el árbol.