En año pasado Países Bajos registró una alta pluviometría que incidió en la evolución de la campaña. El 2025 ha comenzado “muy bien”, con lluvia y buen tiempo, aunque, como señalan desde Mulder Onions, ahora el tiempo ha vuelto a cambiar. Sin embargo, confían en la evolución del cultivo y se muestran optimistas.
“Cada campaña es diferente y es casi imposible tomar las anteriores como referencia, eso también es el desafío del negocio de la cebolla, es imposible de predecir”, resaltan.
Mercados
El consumo de cebolla en los Países Bajos sigue siendo bastante bajo y la gran mayoría de la producción se destina a exportación, con una demanda mundial constante.
África sigue siendo un mercado primordial, sobre todo en la primera parte de la temporada hasta finales de diciembre, al igual que Oriente Medio. En cuanto a América Latina, desde Mulder Onions destacan que este año Brasil no será un mercado de destino ya que cuenta con producción propia. Por su parte, Centroamérica, aunque sigue estando muy presente, genera cierta inestabilidad por su situación política.
“Nuestra tarea sigue siendo vigilar la calidad por encima de todo”, recuerdan. Al ser un producto fresco, llevan un control exhaustivo para que el producto llegue en perfectas condiciones a los destinos, prestando también especial atención a la sanidad.
Desafíos y estrategias
Entre los retos del sector, desde Mulder Onions consideran que, ante la falta de mano de obra, la automatización irá adquiriendo un mayor protagonismo en los Países Bajos, con la consecuente mejora en el envasado, el manipulado y la trazabilidad.
A futuro, están trabajando en el desarrollo de proyectos para afrontar los retos que supone la mayor incidencia del cambio climático y están centrados en la mejora de las semillas para lograr una mayor resistencia a enfermedades.