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Guerra comercial en UK: precios que no cubren costes

Algunas cadenas británicas empezaron ofertando durante dos semanas paquetes con cinco hortalizas a 29 peniques y pronto surgió la contraoferta de otras distribuidoras.

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Brexit

Las consecuencias exactas del ‘Brexit’ para el sector hortofrutícola aún se ignoran. Se baraja una factura presupuestaria de 12.000 millones de euros a repartir entre los países socios de la UE. A nivel comercial, Juan Marín Bravo subraya que han atravesado una de las campañas más duras en el Reino Unido, que es uno de los principales clientes del sector. «Es un mercado importante pero muy complejo. La propia idiosincrasia británica y las grandes cadenas de distribución dificultan que haya acuerdos estables. Existe una guerra comercial abierta para mantener las cuotas de venta».

Explica que algunas cadenas empezaron ofertando durante dos semanas paquetes con cinco hortalizas a 29 peniques (unos 33 céntimos de euro), y que pronto surgió la contraoferta de otras distribuidoras a 20 peniques. «No se cubren ni los costes. Hay una guerra por controlar el mercado y por sobrevivir, y con una libra insultantemente baja. Se vende lo mismo que antes, pero muchas referencias están por debajo de los costos de producción», añade Marín.

La lucha de los productores y exportadores de la Región consiste en mantener los clientes y el mercado inglés y alcanzar estándares de rentabilidad. «El mercado británico es muy exigente, y de la noche a la mañana no puedes eliminar a clientes con los que llevas trabajando 25 años. Hay programas establecidos para tres años, con variedades específicas que no son fáciles de reorientar de un sitio a otro. Mantenemos clientes, pero a costa de la rentabilidad y trabajando a pérdidas en muchas líneas. El reto está en que seamos rentables sin que el producto se retrotraiga», añade Fernando Gómez, director general de Proexport. «Cuando cerremos las cuentas del último trimestre, se verá que ha sido malo por los costes de producción, la falta de agua y la deslocalización».

Retos del ‘lobby’ europeo
Juan Marín Bravo asumió en diciembre la presidencia de la Asociación Europea del Comercio de Frutas y Hortalizas (Eucofel), el principal ‘lobby’ del sector, con estatus consultivo dentro de la UE, que agrupa a empresas de Francia, Portugal, Italia, Polonia y Alemania, entre otros. «En Europa nos jugamos mucho y hay que generar alianzas. Nuestra competencia no está en los países socios de la UE sino fuera. No podemos dejar que nos legislen solo los técnicos, sin el peso del sector, ya que en la renegociación de la Política Agraria Común (PAC) las frutas y hortalizas no salen bien paradas», dice Marín.

La preocupación reside en que los fondos operativos no están garantizados. «Con el ‘Brexit’, la inmigración y la salida de la crisis quieren pasar una factura muy importante, fundamentalmente a cargo del presupuesto agrícola, que antes se llevaba el 80% de la PAC y ahora se podría quedar en la mitad. Ya nos advirtieron algunos europarlamentarios de que ‘pintan bastos’».

Indica que hay una parte de la Europa verde que consume frutas y hortalizas, y otra parte que las produce, y los intereses no siempre coinciden. «Luchamos por mantener el ‘status quo’, y para destacar la importancia de ser la despensa de Europa. La competencia y la amenaza vienen de fuera, de otros países donde la producción no está tan reglada y controlada. Aquí existen unos estándares para las frutas y hortalizas en fresco».

Ajos y cebollas de China
Juan Marín reclama que hay que acelerar la apertura de mercados y aumentar la promoción. Apunta que no se puede desmontar un sector en el Sureste y el Levante que es casi la única fuente de suministro de hortalizas en Europa durante 35 semanas al año; que se amplía en el caso de las frutas. No pueden perder terreno ante Marruecos, Egipto, Turquía y China. De este último llegan ajos, cebollas y productos congelados. «Recibimos muchas alertas sanitarias en producciones y puntos de venta porque faltan controles en estos países de origen», apostilla Marín, frente a la seguridad alimentaria que ofrecen los países socios de la Unión Europea.

Reclama al Ministerio de Agricultura que aporte soluciones a la falta de agua a corto y medio plazo, ya que de lo contrario pasarán a depender casi en exclusiva de la desalación, que es insuficiente. «Nadie entiende que en el cuarto año de sequía no se hayan declarado las obras de emergencia para que las desaladoras estén a pleno rendimiento», dijo. A su juicio, la producción debe alcanzar los 400 hectómetros como mínimo.

 

Fuente: La Verdad de Murcia

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