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La sequía reduce un 25% la producción hortícola de Alicante

Apuntan que el balance del año agrario 2017 ha estado marcado por la "acuciante sequía", agravada desde que el cierre del trasvase Tajo-Segura.

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La producción de hortícolas, la más afectaa por la falta de agua, se ha reducido en 30.485 toneladas en 2017 en el territorio alicantino.
La producción de hortalizas ha descendido el año pasado un 25% en la provincia de Alicante respecto a 2016 como consecuencia de los «estragos de la grave sequía», de acuerdo con un informe de la Asociación Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante.

El Departamento de Estadística de Asaja de Alicante señala que la producción de estos cultivos se ha reducido en 30.485 toneladas en 2017 en el territorio alicantino. Ahora, según esta asociación, se contabilizan alrededor de 335.131 toneladas obtenidas de hortalizas.

El informe sostiene que, «sin lugar a dudas», el tipo de cultivo que «más ha sufrido los estragos de la grave sequía» ha sido el de hortalizas, cuya superficie ha descendido en 945 hectáreas en la provincia de Alicante por no disponer de las cantidades necesarias de agua.

Asaja de Alicante calcula que ahora hay alrededor de 11.238 hectáreas plantadas de este cultivo en la provincia alicantina.

Por su parte, la producción total de uva de mesa ha descendido un 20% en 2017 como consecuencia de las fuertes lluvias registradas en septiembre pasado.

«Así, la amparada por la Denominación de Origen (el 69,3 % de la producción total de la provincia) alcanzó los 40 millones de kilogramos, con un valor en campo que superó los 31 millones de euros«, dice el informe en relación con la uva de mesa.

El precio de la variedad Aledo se ha mantenido «aceptable y se ha vendido en campo alrededor de los 0,75-0,80 euros/kilogramo, mientras que otras variedades no consiguieron prácticamente ni cubrir los costes de producción y se vendieron alrededor de los 0,50-0,55 euros/kilogramo, según Asaja de Alicante.

En el informe se expone como resumen que «el balance del año agrario 2017 en la provincia de Alicante ha estado marcado por la acuciante sequía, en la que nos encontramos inmersos desde hace cuatro años y que se ha agravado severamente desde que en mayo se cerrase el trasvase Tajo-Segura».

También por «la aparición en el norte de Alicante de la bacteria Xylella Fastidiosa, de la que ya se han declarado cinco focos, con más de 106 parcelas afectadas en las comarcas de las Marinas y el Comtat«, según esta entidad.

Para Asaja de Alicante, «estos acontecimientos son la consecuencia directa de que la superficie agraria» en la provincia de Alicante haya descendido «un 1 %», al pasar de 132.775 hectáreas en 2016 a 131.389 en 2017, lo que ha afectado «principalmente a frutales y hortalizas».

«La única nota positiva del año 2017 la pone el valor económico de las plantaciones, gracias a que los cítricos y las hortalizas alcanzaron precios en campo razonables para el productor», ha considerado.

Según las estimaciones del Departamento de Estadística de Asaja de Alicante, el valor económico de la producción agraria pasa de los 684,5 millones de euros en 2016 a los 711 millones de 2017, teniendo en cuenta solo el valor de las producciones en campo.

La grave sequía ya ha causado descensos de la superficie cultivada perceptibles en 2017, aunque «la situación será mucho más grave en 2018», según Asaja de Alicante.

«El gran trabajo que realiza el empresario agrícola ha provocado que, pese a que se haya plantado un 1 % menos, la producción agrícola haya aumentado (+2,5 %)», ha destacado.

En concreto, las hectáreas en producción que se contabilizan en la provincia de Alicante alcanzan las 131.389 hectáreas y las toneladas de frutas y hortalizas obtenidas superan los 1,4 millones.

Los cambios más significativos se producen en frutales, que pierden 1.449 hectáreas. Ahora, según la asociación, se contabilizan 31.391 hectáreas destinadas a este tipo de cultivo.

El descenso en superficie también es muy importante en hortalizas, que pierden alrededor de 1.000 hectáreas en la Vega Baja y el Baix Vinalopó.

Los cereales pierden 439 hectáreas, mientras que se registran incrementos de importancia en el cultivo de olivar (+480 hectáreas) y el viñedo (+593 hectáreas).

 

Fuente: ELmundo.es

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