La Inteligencia Artificial
Este nuevo calibrador que utiliza visión e Inteligencia Artificial tiene como principal objetivo mejorar la detección de daños internos en la cebolla antes de que llegue al consumidor final. “No es un trabajo de un día, estamos en pleno proceso de adaptación y prueba. Es una tecnología que requiere su tiempo, ya que debe ajustarse a las diferentes variedades con las que trabajamos”, explica José Manuel Cervera, gerente de Cebollas Consuay. Se trata de un proyecto a dos años vista, en el que la empresa espera alcanzar conclusiones precisas sobre su funcionamiento y beneficios, y su posterior ampliación a otras líneas y procesos.
El daño interno es una de las principales preocupaciones del sector. Aunque se han realizado estudios, todavía no hay una herramienta definitiva para prevenirlo. Hasta que se encuentren fórmulas para eliminar este problema, la estrategia actual se complementa seleccionando tierras que no hayan sido cultivadas antes con cebollas, o no durante muchos años. Sin embargo, esto tampoco ha demostrado ser una solución infalible al 100%, según explica Cervera, “pensamos que esto es mejor, pero no quiere decir que esté comprobado”.
El objetivo final es claro, garantizar que ninguna cebolla con daño interno llegue al consumidor, reduciendo así las devoluciones y mejorando la experiencia de compra. “Si un cliente compra un kilo de cebollas y tiene que desechar algunas, no estará contento”, sostiene el gerente de Cebollas Consuay, quien quiere evitar ese problema desde el origen, asegurando que el producto que llega al supermercado y a los mercados tradicionales sea perfecto.
Actualmente, la compañía está aplicando esta tecnología a una parte de su producción, aunque el plan es evaluar su viabilidad para extenderla a más fases del procesado de la cebolla en el futuro. “Por ahora, toda la producción de la referencia Buti pasa por esta sección siendo calibradas con esta tecnología, lo que supone un gran avance para nosotros”, destaca Cervera.
La implementación de Inteligencia Artificial en la selección de cebollas es un paso firme en la mejora de la calidad y en la optimización de los procesos, apostando así por la mejora de la competitividad.
Mercado
El consumidor valora la cebolla española, pero enfrenta dificultades en comparación con la holandesa debido a diferencias en costes y procesos mecanizados. “Nuestra cebolla tiene la particularidad de que no compite en las mismas condiciones que la cebolla holandesa, ellos pueden aplicar más automatización, lo que hace que sean más competitivos”.
Cervera es consciente de esta realidad, además, resalta la fortaleza logística que suponen los puertos holandeses, ofreciendo mejores rutas comerciales, lo que aporta a Holanda una ventaja. “Nuestra ventaja está en el mercado interno, aquí la cebolla española no tiene competidor. Pero para crecer, el sector debe hacerlo hacia el exterior, donde somos menos competitivos y tenemos que hacer valer la gran calidad de nuestra cebolla española”.
Con un mercado de exportación dominado por Holanda, el futuro de la cebolla española pasa por variedades con valor añadido, “tenemos que ir hacia las especialidades, la morada o la dulce tienen un potencial interesante” concluye Cervera.