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Alimentación Frutas

Frutas para limpiar los riñones

¿Es cierto que la sandí́a y el apio ayudan a limpiar los riñ̃ones? Si es así, ¿có́mo lo consiguen? ¿Con qué́ periodicidad hay que comer estos alimentos para lograr este beneficio?

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Primero de todo hay que aclarar que el riñó́n no es simplemente un órgano que filtra agua, sino que tiene muchas otras propiedades complejas (síntesis de hormonas, mantenimiento del equilibrio electrolito, homeostasis del medio interno, producció́n de glucosa, etc.). Por otro lado, es muy difícil hablar de propiedades de alimentos, especialmente cuando no se han realizado estudios con una adecuada metodología cientí́fica para demostrar sus beneficios. Es importante insistir en esto, porque circula mucha informació́n carente de rigor (sobre todo en Internet), y hay que ser muy cuidadosos con el tema.

En el caso de la sandía sií que hay algunos trabajos realizados en animales de laboratorio y en humanos. Aparte de contener las vitaminas de las frutas frescas (todas hidrosolubles, que se eliminan por orina cuando tenemos suficientes), la sandía tiene propiedades antioxidantes, protectoras de algunas sustancias tó́xicas que pueden afectar al riñó́n y al hígado (todo esto en animales de experimentació́n). En humanos se ha demostrado que, a travé́s de mecanismos antioxidantes, puede producir cierto grado de cardioprotecció́n con mejoría en la hipertensió́n arterial. Tambié́n ha demostrado ejercer beneficio en la funció́n tiroidea y en el hí́gado.

Ademá́s, la sandía tiene un moderado contenido en potasio y bajo en sodio. Esto, junto con la importante carga de agua que lleva, puede tener efectos beneficiosos en la població́n general. No obstante, para poder recomendarlo de forma generalizada con una contundencia absoluta se requieren estudios específicamente diseñ̃ados para pacientes del riñó́n. De hecho, en los pacientes en diálisis o con enfermedad renal avanzada se restringe moderadamente la ingesta de sandía por su contenido moderado en potasio (80-120 mg por cada porció́n de 100 g), ya que si se toma en grandes cantidades, o asociada a otros alimentos con alto contenido en potasio, puede producir una elevació́n del potasio y llegar a provocar arritmias cardiacas e incluso la muerte. Es decir, que los resultados observados en la població́n general no se pueden extrapolar a los pacientes con enfermedad renal de una forma tan frívola.

No debemos olvidar que el mayor beneficio en la salud lo producen las medidas generales, como evitar el sobrepeso, hacer ejercicio físico, seguir una dieta equilibrada con poca sal, no fumar, así́ como la prevención y tratamiento, si lo hay, de la hipertensió́n arterial, la diabetes y la dislipemia. Con esto evitaremos un importante número de enfermedades y complicaciones de salud.

Fuente: elideal.es

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