El triángulo básico de la innovación hortofrutícola

El Grupo de Innovación Sostenible para el sector alimentario (GIS), junto con la colaboración de Eurosemillas, grupo líder en innovación vegetal, celebraron el pasado 22 de octubre una nueva jornada online bajo el título “Investigación y empresa: Ejemplos prácticos en el sector de las frutas y hortalizas”, donde empresas, Universidades y centros de investigación se unieron para ofrecer algunos de los mejores ejemplos de colaboración en el sector hortofrutícola.

José María Fontán, director de Innovación en Eurosemillas, explicó cómo el mundo de las Universidades y la investigación está directamente ligado con el ámbito agroalimentario, pero hoy en día no se entiende esta actividad sin la colaboración de las empresas. Las tres forman un triángulo básico para el desarrollo de proyectos de innovación que pongan en valor su relación y para gestionar nuevas tecnologías y su aplicación.

Tras su intervención, Fontán dio paso a la mesa redonda de la jornada: “La importancia de la colaboración público-privada para el futuro del sector hortofrutícola”, que estuvo formada por varios representantes nacionales e internacionales de este triángulo de colaboración: Gabino Sánchez, director de Negocios de la Hudson River Biotechnology; Rosibel Ochoa, vicecanciller de Investigación de la University of California, Riverside; Alfred van Eeuwijk, profesor de la Universidad de Wageningen; Manuel Talón, director coordinador del centro de Genómica del Instituto Valenciano de Investigaciones Agronómicas (IVIA); Carlos Baixauli, director del Centro de Experiencias de Cajamar; y Ángel de Pino, director del Departamento de Producción y Desarrollo de Anecoop.

Todos los participantes de la mesa llegaron a la conclusión de que hay llamativas diferencias en los sistemas de colaboración público-privada de Holanda, España y Estados Unidos, y que el papel de los intercambios de profesionales entre centros públicos y empresa son el elemento clave para entender en cada una de las organizaciones el papel de las otra. Además, también debatieron sobre ciencia aplicada y ciencia de base o fundamental y cómo se equilibran en el mencionado triángulo de colaboración.

La innovación y el desarrollo tecnológico en el sector agroalimentario es clave para afrontar con éxito los desafíos del futuro, y solo se podrán alcanzar con la colaboración de todos los actores imprescindibles. Hay que estar preparados y en consenso para la implantación de nuevas tendencias, que ayudarán a rentabilizar y mejorar la calidad de los productos.