El comportamiento de la exportación española de frutas y hortalizas frescas en 2024 ha sido positivo, estimando un crecimiento respecto al año anterior del 8% en volumen y del 6% en valor, totalizando más de 12 millones de toneladas y 18.000 millones de euros, según datos oficiales de Aduanas hasta el mes de octubre y una estimación de noviembre y diciembre. La evolución es positiva y se trata de un sector consolidado, histórico, dentro de la realidad productiva y económica de nuestro país. La vocación del sector agrupado en FEPEX es de permanencia y liderazgo, pero para ello es preciso la adaptación a un entorno cambiante y cada vez más complejo, con grandes retos en el ámbito productivo, como la creciente escasez de recursos hídricos y la falta de productos fitosanitarios y, en el ámbito de la política comercial, con una UE cada vez más abierta a las producciones de terceros países, sin que el discurso de las cláusulas espejo se haya traducido en medidas eficaces.
Como nuevo presidente de FEPEX he constatado que en todas las zonas productivas existe una preocupación creciente por tres factores que son decisivos para mantener la producción y, en consecuencia, la posición en los mercados: agua, fitosanitarios y mano de obra. La falta de trabajadores y el incremento de costes laborales en un sector en el que la mano de obra puede suponer hasta un 45% de los costes en algunos cultivos es un problema que ya se ha convertido en estructural en nuestras explotaciones. Requiere, por tanto, una mayor receptividad por parte de las administraciones implicadas hacia las demandas específicas de la producción hortofrutícola que, por su carácter intensivo de mano de obra y el alto valor añadido generado, contribuye fuertemente a la vertebración económica de las regiones.
La disponibilidad de agua con un volumen y precio asumible constituye también una variable determinante para el futuro. Son necesarios, entre otros puntos, infraestructuras hidráulicas, interconexión de cuencas, y la concienciación política y social de que con menos agua habrá menor producción y, por tanto, menor disponibilidad de frutas y hortalizas a precios asequibles.
Con menos fitosanitarios también habrá menos capacidad para producir en cantidades suficientes y de forma eficaz y segura. Pedimos que se mejore su disponibilidad, acelerando el proceso de registro de nuevas sustancias y que no retiren productos del mercado sin que haya alternativas. En este marco, FEPEX valora el repliegue de la Comisión Europea respecto al proyecto de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios, presentado en junio de 2022 y retirado en febrero de 2024, espera que la nueva CE, que ha asumido sus funciones el pasado día 1 de diciembre, presente un nuevo texto normativo en el que no se penalice al sector español y comunitario con mayores exigencias que las existentes en países terceros competidores.
Esta disparidad existente entre lo que se exige a lo producido en la UE, no sólo en el ámbito fitosanitario, sino también en el ámbito social, medioambiental… y lo poco que se exige en países terceros, que luego venden sus producciones en la UE, hace que el modelo de producción comunitario sea menos competitivo. Por ello, desde FEPEX trabajaré para revitalizar la preferencia comunitaria y un mayor control de las importaciones cuando alcancen volúmenes que provoquen perturbaciones en el mercado comunitario. Ante la amenaza creciente que suponen países netamente exportadores y orientados al mercado de la UE, como Marruecos o algunos miembros de Mercosur, precisamos medidas concretas para mejorar la competitividad y un marco normativo que no dificulte la actividad productiva y comercial y que nos acompañe en nuestra vocación de contribuir al desarrollo económico y social de nuestras regiones.