En esta ocasión, analizamos cómo han evolucionado las estrategias empresariales en el sector hortofrutícola en el último lustro, donde las empresas han vivido una transición desde la supervivencia, marcada por la incertidumbre y la necesidad de liquidez inmediata, hasta una etapa más equilibrada que combina estabilidad y crecimiento a largo plazo.
Un período que ha destacado por la búsqueda de talento, la apuesta por la tecnología y la digitalización, así como la innovación para romper con la dinámica cortoplacista, que los vaivenes económicos y geopolíticos habían provocado. E Imanol Almudí, CEO de Agroponiente, lo tiene claro, quien no enfoque a largo plazo corre el riesgo de desaparecer. Siendo consciente, como explica Víctor Luque, director general de Trops, que las inversiones a largo plazo tengan un retorno lo más pronto posible.
También se invita a las empresas a reflexionar sobre si han cambiado su modelo de negocio y qué aprendizajes han extraído de estos años complejos. Así, Fernando Martín, gerente de Bioprocam, remarca que no se han replanteado su modelo de negocio, sino que lo han potenciado aún más si cabe.
Hemos puesto sobre la mesa el concepto de “visión adaptativa”, una planificación flexible que permita ajustes tácticos a corto plazo sin perder el enfoque estratégico de largo plazo, y se pregunta si esta mentalidad es aplicable al sector hortofrutícola en 2025. Según Miguel Rodríguez, CEO de Green Bargosa, no podemos quedarnos anclados en modelos rígidos cuando el mercado cambia constantemente.
En definitiva, hemos analizado con estos directivos si las empresas están listas para salir del modo de crisis, recuperar una visión de futuro, porque, como expone Enrique de los Ríos, director general de Unica Group, “el futuro se ha vuelto viejo antes de nacer en las frutas y hortalizas”. Sin ese cambio, dejaremos de ser competitivos.