A vuelta con los envases en los programas operativos de las OPs de F&H
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En un post anterior[1], he contado algunos de los obstáculos que se han erguido en el camino de la construcción de la organización común de mercados de las frutas y hortalizas, de este modelo tan diferente al modelo clásico de la PAC, de ayudas directas. Tenderemos ocasión de volver más adelante sobre este tema, pero ahora me gustaría compartir con ustedes lo que me parece hoy fue una de mis (muchas) falsas buenas ideas, la de incorporar los envases entre las medidas elegibles de los programas operativos de las organizaciones de productores de frutas y hortalizas.
El punto de partida fue bienintencionado, como todas las falsas buenas ideas. En el campo, hay por un lado un problema real de recogida de los envases de los productos de tratamiento. Por otro, en el marco de lo que hoy se conoce como “economía circular”, se quiso promover una gestión más ecológica de los envases y embalajes con los que se comercializan las frutas y hortalizas.
¿A que parece una buena idea? Pues es el inicio de una pesadilla.
El primer peldaño de este vía crucis es el hecho de que, al ser una medida medioambiental, únicamente son elegible los gastos suplementarios para aquellas acciones que van más allá de las obligaciones legales. Como la referencia es una directiva sobre el reciclado y la re-utilización de los productos, las transposiciones nacionales son distintas entre estados miembros, e incluso a veces regiones dentro de un Estado miembro. Los calendarios de entrada en vigor de las obligaciones nacionales, los porcentajes de reciclado y re-utilización legales difieren. Entramos en un trato diferente entre Estados miembros (y regiones) y una complejidad de gestión que no ha dejado más que acrecentarse.
Para simplificar este galimatías, se nos ocurrió el poder recurrir a porcentajes a tanto alzado. Fue una magnífica idea desde Bruselas, pero la patata caliente se trasladó a las administraciones nacionales (y regionales). Fueron ellas las que tuvieron (y tienen) que lidiar con las inspecciones de los controladores comunitarios que, varios más tarde, viene con interpretaciones retroactivas de la reglamentación que difieren además a veces de la unidad de mercado.
Las frutas y hortalizas se comercializan con tres tipos de cajas: de cartón, de madera y de plástico; unas reutilizables y otras reciclables. Los lobistas de cada una de estas industrias se empeñaron en convencer a los decidores comunitarios y nacionales del buen hacer de sus respectivos representados. Además, al haber subvención comunitaria por medio, algunas empresas distribuidoras han obligado a sus suministradores a utilizar un tipo específico de embalaje. En el fondo, este montaje se transformó en una manera de transferir el beneficio de las ayudas comunitarias desde el agricultor y su organización a empresas distribuidoras.
La jornada “Envases y embalajes como factores de rentabilidad y sostenibilidad del sector hortofrutícola español”, organizada, en Murcia, por la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de esta Región, PROEXPORT, ha dado a conocer un estudio titulado “Análisis comparativo de costes: Embalajes de cartón ondulado Vs Pool de plástico reutilizable”, realizado por el economista Ramón Tubío, responsable del Área de Promoción Económica de EOSA Consultores.
Este estudio, impulsado por PROEXPORT, concluye que “los productores están asumiendo un importante sobrecoste al utilizar cajas agrícolas de pool de plástico reutilizable, que resultan para ellos entre un 17 y un 69% más caras que los envases de cartón ondulado. Eligiendo cartón en lugar de utilizar las cajas de pool de plástico, el productor murciano podría ahorrar entre 0,27 y 1,10 euros por caja comercializada, esto es, entre 4 y 18 céntimos si hablamos en términos de kg de producto. El ahorro que supone el cartón puede alcanzar hasta un 22% en términos de facturación[2]”.
Lo que nació como una buena idea, con buenos propósitos, acaba siendo una pesadilla burocrática, una fuente de inseguridad jurídica y un sobrecoste para el sector. Por esto lo más sensato ha sido, lo que hizo España desde el año 2011, eliminar esta acción de la lista de las medidas elegibles. Le siguieron otros Estados miembros, luego el reglamento comunitario.
¡Muerto el perro, se acabó la rabia!
[1] https://revistamercados.com/algunos-datos-sobre-el-porque-de-la-ocm-de-frutas-y-hortalizas-i/
[2] http://www.fepex.es/noticias/detalle/proexport-64-millones-euros-sobre-coste-anual-uso-cajas-pool-plastico-frente-carton-ondulado