Octubre y La importancia de llamarse Ernesto
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He visto las distintas entradas de mis vecinos de blog, y coincido, este año la atmósfera de Fruit Attraction era distinta, había como más ilusión, habían ganas de arriesgarse, de aprovechar la oportunidad, había como un “carpe diem” generalizado. Y eso está muy bien, la industria agroalimentaria se empezó por fin a sacudir las polillas de la crisis y se tira a la piscina, sabedora de que los que han sobrevivido son ahora mucho más fuertes y también, más sabios.
Pero yo quiero ahora compartir con quien me lee una sensación que tuve en algunos momentos durante la feria, me sentía como en mitad de un acto de “La importancia de llamarse Ernesto”, para quien no conozca la obra, es una comedia de enredos escrita a final del S. XIX por Oscar Wilde, y que por esas peculiaridades de la traducción, el título en castellano se ha quedado bastante insulso, porque el original “The importance of being Earnest” ya anticipa algo muy pero que muy intrigante. Y es que en inglés, “Earnest” vale igual para decir el nombre de Ernesto que para usarse como adjetivo, queriendo decir: honrado, honesto, virtuoso, auténtico. Así que es un juego de palabras que va más por el sentido de “La importancia de ser honesto”. En la obra dos chicos ordinarios se inventan unos alter egos en los que ambos se hacen llamar “Ernesto” y seducen a dos virtuosas señoritas de la alta sociedad londinense cuya mayor aspiración en la vida es dar con un hombre decente de quien convertirse en esposa. La trama se complica y todos los personajes se entremezclan dando origen a situaciones chuscas, un poco vergonzosas y llenas de paralelismos éticos y morales. No desvelaré aquí el final por si alguien gusta de leer la obra, pero se pueden imaginar que la moraleja va de que las únicas cosas que se consiguen de forma sólida y duradera son las que se consiguen con honestidad y honradez.
Y, ¿por qué me recordaba yo por momentos de esta obra? Pues porque por momentos había una atmósfera como de esa inocencia, como de que ahora que la crisis escampa y todo el mundo quiere echar a volar sus negocios, todo el mundo quiere encontrar a esos hombres (y mujeres, por supuesto) decentes con quien relacionarse y sellar su destino. Será que ya nos estamos cansando –por fin, de corruptos y corruptores. Pero ojo que por ahí van todavía algunos ‘Ernestos’ buscando pegar el braguetazo y apuntarse a vivir del cuento. Ahora que se ven nuevas oportunidades en el horizonte, el sector al unísono tiene que andar con pies de plomo, buscar en nuestros socios solidez de propuestas, evidencias de valor, transparencia y conocimiento. Que las ilusiones y las ganas de expansión no impliquen caer por unas palabritas galantes, los que nos movemos por el mundo de las normativas, sabemos que las declaraciones cobran valor cuando van acompañadas de pruebas, de documentación, de verificación independiente y objetiva, que los conceptos se sustentan en conocimiento y evidencias científicas. No en balde la agricultura, que es la madre de la civilización, echa mano de tanta ciencia, porque en la ciencia solo hay sitio para lo verdadero. Nuestra industria agroalimentaria es potente gracias a que día a día sus miembros hacen las cosas bien, con conocimiento, se puede conseguir mucho más demostrando y comunicando a distribución y consumidores el valor de nuestro trabajo. No basta con hacernos llamar “Ernesto”, hay que dar fe de que lo somos.
Me ha encantado este artículo y el mensaje que transmites.
Debemos ir con honradez, seriedad, transparencia y transmitir confianza a nuestros socios y clientes europeos.
Aprovecho para compartir con vosotros otras ferias y eventos del sector hortofrutícola que podrían interesaros http://infovegetables.com/index.php/es/noticias/12-noticias/destacados/9-ferias-comerciales-exposiciones-y-eventos-del-sector-hortofruticola
Muchas gracias por tu comentario Alberto, siempre es muy motivante que nuestras contribuciones sean útiles para los profesionales del sector.
Un saludo cordial.