La no-cosecha o la cosecha en verde: el diablo esté en los detalles
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Ya les he hablado de mi conferencia en Villavieja (Castellón). Allí desde el público surgió el tema de la gestión de crisis, con especial énfasis lógicamente en las clementinas, y la importancia que podría tener la prevención, en particular con la no-cosecha o la cosecha en verde.
Para aquel lector que no esté familiarizado con nuestro horrible lenguaje técnico, estas propuestas parten de la convicción es que es mucho más eficaz intervenir antes de que se desencadene la crisis que después; que las retiradas de producto incorporan una serie de gastos que se deberían evitar como los de recolección, transporte desde el campo, manipulación y, a menudo, destrucción; que estos gastos no solo merman la renta del agricultor sino que representan un coste medioambiental innecesario. Por ello, es mejor aclarar el árbol antes de que madure el fruto (cosecha en verde) o simplemente no cosechar.
La idea llego al mundo hortofrutícola desde el vitivinícola, más concretamente desde Castilla La Mancha y figura ya hoy entre las medidas que puede poner en marcha, con financiación comunitaria, las organizaciones de productores de frutas y hortalizas en el marco de las medidas de gestión y prevención de crisis de su fondo operativo. Sin embargo ha tenido poco éxito.
Este es un buen ejemplo de como una gran y buena idea teórica puede transformarse en una pesadilla administrativa, cuando está por medio financiación pública y comunitaria.
Bien lo saben mis compañeros de las Agencias de pago, el control de la legalidad del uso de los fondos comunitarios se ha vuelto un tema esencial. Se trata de poder asegurar a la opinión pública, los ciudadanos europeos que son los paganos de la fiestas (este es, los que la pagan) que el dinero que Europa ha cogido en su bolsillo se ha gastado no solo conforme a la ley sino de la mejor manera posible.
La cosecha en verde tiene más sentido en el caso de las producciones frutícolas. ¿Cuál es su valor añadido con respecto al aclareo que de todas formas ya se hace en campo después de la floración? ¿Cómo aseguramos que no pagamos una actividad que de todas maneras se haría lo que disminuiría por lo tanto si eficacidad para sanear el mercado?
Por lo tanto, la cosecha en verde se debe hacer claramente después de la temporada del aclareo. Pero para esto, hay que definir legalmente para cada cultivo y región cual dicha temporada “normal” de aclareo. Además, antes de pagar la no-cosecha, habrá de asegurarse que el aclareo tradicional se ha realizado correctamente, conforme a los usos y costumbres de un buen cultivador. Esto se puede transformar en una auténtica pesadilla burocrática.
En cuanto a la no-cosecha, tiene más sentido en cultivos hortícolas que frutícolas. El hecho de que un agricultor no recoja la fruta no garantiza que esta no acabe en el mercado. ¡Muchas manos nadan por el campo! Lo que tiene sentido desde el punto de vista comercial en fruticultura sería dejar en el árbol los pequeños calibres. ¿Pero cómo se controla? ¿Por cierto, que es un pequeño calibre? ¿Habrá de definirse legalmente?
Por razones de control y de sencillez, se exige que la no-cosecha abraque a toda la parcela o a una parte homogénea de la parcela. Se ha practicado por ejemplo en Francia con alcachofas produciéndose el laboreo del campo todavía cultivado. Pero incluso así, no es lo mismo darle la vuelta al principio de la campaña que a mediados o al final.
Estos dos ejemplos me parecen útiles para que desde el sector se entienda las dificultades con las que se encuentran las distintas administraciones públicas para implantar y controlar la PAC. Cosas que, con los pies llenos de barro en el campo, pueden parecer absurdas responden a una realidad bien concreta, la necesidad de asegurar el correcto uso de los fondos públicos.