EL TTIP y la exportación europea de frutas y hortalizas, primera parte
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Empezamos la semana con una buena noticia. Los Comisarios europeos de salud y protección de los consumidores, de comercio y de agricultura anunciaron el sábado pasado que el USDA, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, o sea, lo equivalente a nuestro Ministerio, va a publicar un proyecto de nueva norma que facilitaría la exportación de manzanas y peras europeas a los Estados Unidos.
Leamos bien el anuncio. Está prevista la publicación (o sea que no está publicado aún) de un proyecto (o sea que no es un texto definitivo sino solo esto, un proyecto) de nueva norma. Una vez aprobada y publicada, los distintos exportadores (regiones, países y/o operadores) tendrán que superar el proceso de homologación, que nos anuncian más sencillo.
Insisto, es una buena noticia. Las cosas de palacio van despacio y más en los Estados Unidos. Es un (pequeño) paso en la buena dirección, la posibilidad de ofrecer a los consumidores americanos los productos europeos y a los productores y exportadores europeos de abrir también este importante y solvente mercado. El anuncio de la Comisión también dice que si todos continúan haciendo esfuerzos en la buena dirección, el mercado podría estar abierto para la próxima campaña. No quiero ser aguafiestas pero si el mercado empieza a abrirse a lo largo de la próxima campaña, me doy con un canto en los dientes.
Esta noticia es un buen punto de partida para iniciar la presentación y la discusión de los pros y contra del TTIP, este acuerdo de libre comercio y mucho más que se está negociando entre la Unión Europea y los Estados Unidos, nos va a dar para mucho en estos meses y años que vienen.
Un simple acuerdo de libre comercio entre Europa y los Estados Unidos tiene poco interés. Hoy, como bien saben todos los que han echado la vista al mercado de los Estados Unidos, los principales obstáculos no son arancelarios sino sanitarios. Si el TTIP es, de verdad, un acuerdo global que facilita de verdad el acceso al mercado, esto sería evidentemente un punto importante a poner en el debe de los negociadores.
Habréis visto que he insistido mucho en las dos palabras de verdad. Son muchos los obstáculos existentes, el diablo está en los detalles pero esta letra pequeña es toda la diferencia entre un acuerdo propagandístico y un paso de gigante importante.
Sin conocer esta letra pequeña, y todos los temas complicados se están dejando para el final de la negociación, no creo que nadie pueda afirmar con rigor que estaremos ante un buen o un mal acuerdo. Habrá que esperar a conocerla y que trabajar para que el acuerdo sea lo mejor posible. Esto pasa, por ejemplo, por conseguir la mayor transparencia posible, proceso en el que ya se han registrado algunos éxitos importantes.
Por cierto, hablando de transparencia, hay una pregunta que varios de nosotros hemos hecho en distintos foros a los negociadores comunitarios y norteamericanos. Europa es un mercado único en donde hay libertad de circulación de mercancías. Estados Unidos es otra cosa. Los Estados tienen reglamentación propia y muchos productos, en particular frutas y hortalizas, aún siendo americanos no pueden circular libremente en el conjunto del país. ¿Los acuerdos que estamos negociando, cubren únicamente la legislación federal o también cubren las estatales? ¿Podrán circular libremente en los Estados Unidos los productos europeos como lo podrán hacer los productos americanos en Europa?
Hasta ahora no hemos obtenido respuesta.