Una opción valiosa para el consumidor. GRUPO AGROPONIENTE
La situación actual obliga a repensar las estrategias comerciales, que en la compañía pasan por acercarse al consumidor final, ofreciéndole los productos innovadores que busca, pero siendo conscientes de su mermada economía, que obliga a redefinir los formatos.
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Dos líneas de trabajo
La versatilidad del tomate es tal que, desde Grupo Agroponiente, su CEO, Imanol Almudí, afirma que “nuestro reto es poner en el mercado tomates con distintos formatos que permitan su consumo las 24 horas del día”, llevando así el concepto de ‘momentos de consumo’ a su máxima expresión. Para ello, trabajan en dos líneas: la mejora de su vida útil, de modo que “podamos llegar a mercados más lejanos”; y el sabor, no sólo de las especialidades, sino también de los tipos commodity.
“Debemos conseguir que nuestra opción sea valiosa para el consumidor”, insiste y explica el giro en la estrategia comercial de la empresa: “Queremos entender mejor lo que nos piden los mercados, nuestros clientes y el consumidor final, de modo que nuestra propuesta de valor sea interesante y valiosa para todos ellos”.
Más especialidades
Convencidos de que hay margen para que la categoría crezca, prevén aumentar un 50% su volumen de especialidades la próxima campaña, apostando por el sabor y la diferenciación en tipos como los asurcados, tomate azul, San Marzano o tomates de origen japonés, entre otros. “Sabemos que al consumidor le gusta este mix de color”; de ahí que “trabajemos junto con los departamentos de I+D y Marketing para conquistarlo”, comenta por su parte Andrea Alonso, del Departamento de Marketing.
La crisis económica nos obliga a ofrecer alternativas de consumo más asequibles
La cara y la cruz
La actual situación, marcada por el conflicto en Ucrania y un escenario inflacionista, da ‘una de cal y otra de arena’ al sector, según Almudí, que confía en que España pueda ampliar su ventana comercial en Europa a medida que caiga la producción holandesa, más intensiva en el uso de la energía. Sin embargo, es consciente de que “la crisis económica afectará a la capacidad de gasto de los consumidores, donde los tomates no son una excepción, y tendremos que buscar soluciones imaginativas para que este hecho no merme el crecimiento de la categoría, buscando nuevos formatos más pequeños que impliquen un desembolso menor, reduzcan las mermas en casa e incentiven nuevos momentos de consumo”.