Siempre en sintonía con el sector. TASEMAR
Tasemar cumple casi cincuenta años ofreciendo una alta especialización como productores y comercializadores de fresa que se refleja en los pequeños pasos que da cada campaña.
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El sector fresero de Huelva no es el mismo que hace 20 años, ni siquiera que hace solo cinco. Los cambios son constantes y hasta los pequeños productores son garantes de ello. Un ejemplo es la empresa familiar Tasemar, que este año incorpora la variedad premium Calinda, de la que cuenta con varios ensayos para esta campaña. “Hemos hecho una apuesta por la calidad y el sabor que estamos seguros que apreciarán nuestros clientes”, comenta la gerente de la firma, Ana Pérez Soto.
Así, esta variedad se suma a su oferta de fresa en exclusiva, formada principalmente por la variedad Fortuna, seguida de Rociera. “Los resultados de este reparto varietal han sido positivos en la última campaña, el único problema es que Rociera está muy extendida en Huelva y su producción se concentra en un momento puntual provocando la caída de los precios”, señala Pérez. Asimismo, comenta que su gran preocupación es la falta de mano de obra en esas fechas: “No es suficiente y nos preocupa año tras año porque no nos permite crecer más”, añade.
“ Sus envases son exclusivamente de madera y de cartón
Tasemar produce un millón de kilos anuales de fresa que distribuye principalmente a mayoristas del mercado francés. Sin embargo, responde a la demanda sostenible, como si tuviera de principal cliente a la gran distribución. Tanto es así que hace años que no trabajan con plástico en sus envases, sino solo con madera y cartón. “Nuestro formato más extendido es el de la caja de un kilo de madera y también destaca actualmente el envase con varias tarrinas de cartón de 500 g de fresa cada una”, detalla la gerente. Además, este año inauguran el sistema de placas solares en su central, por lo que han reducido su índice de consumo energético considerablemente.
Para esta campaña, esperan un volumen similar de fresa, aunque a primeros del mes de febrero se redujo la producción ligeramente. “Es lo normal para estas fechas”, apostilla. Sin embargo, no contarán con frambuesa, cultivo por el que llevaban varios años apostando pero que, debido a su falta de rentabilidad, han decidido abandonar.